CIUDAD DE LAS MAFIAS

Balearon otra empresa rosarina y uno de los socios anunció que se va del país

Una fábrica del rubro metalúrgico fue atacada a tiros. Uno de los tres propietarios aseguró que los mafiosos piden tres millones de pesos. Ya acordó la desvinculación de los empleados para irse de la Argentina.

El sábado por la noche, 17 disparos impactaron contra una empresa metalúrgica de zona sur de Rosario. Desde hace dos meses que los tres socios reciben mensajes extorsivos. En principio, los mafiosos exigieron 6 millones de pesos. Después bajaron las pretensiones y reclaman 3 millones, es decir un millón por cada socio propietario.

Mauro es uno de los socios y ya anunció que no sólo acordó la desvinculación de los empleados, sino también que agiliza los trámites para irse del país, abrumado por dos meses de continuas amenazas y por la balacera a la empresa de Padre Giaccone e Italia, a una cuadra de la avenida Battle y Ordóñez.

“Yo me estoy yendo. Estoy sacando el pasaporte para irme porque no puedo vivir con el corazón en la boca. Hay más de 60 casos de comercios baleados. Están desbordado los fiscales y también la Policía. Alimentaron a un monstruo y ahora no saben cómo pararlo”, manifestó Mauro en diálogo con Cadena 3 Rosario.

Los disparos perforaron el portón de chapa e impactaron contra una camioneta guardada en el interior. “Ya no tengo empleados y la fábrica quedó toda agujereada. Teníamos guardado un vehículo que también recibió los disparos. También destrozaron máquinas. Nos hicieron un desastre”, lamentó el empresario.

Los extorsionadores fijaron como plazo límite a este miércoles para que las víctimas paguen la cifra requerida. “Mis empleados están todos asustados. Ellos mismos optaron por no venir más. No solamente tuve que cerrar la empresa por las extorsiones. Agradezco que llegamos a un acuerdo (económico) para que se vayan”, planteó Mauro.

“Las amenazas son continuas. Tienen fotos de mi casa y las de mis socios. Somos laburantes y nos piden un millón de pesos a cada socio. Primero llegaron por intermedio de una nota. Y después comenzaron con los llamados telefónicos: «Si ustedes quieren trabajar, tienen que pagar». Es una locura”, calificó el empresario.

Los propietarios hicieron la denuncia de los hechos en Fiscalía y sin embargo le balearon la empresa durante el último fin de semana. “Mi familia está aterrada, mi esposa no quiere ir a trabajar ni mis hijos a la escuela. Vivimos al día y no le debemos nada a nadie”, explicó Mauro.

Por último, los definió como “una empresa que se dedica a extorsionar gente. No sé si desde la cárcel o con gente afuera. Balearon la fábrica y podría haber pasado una tragedia si había un sereno”.