Según el analista Sergio Berensztein, a este cuadro de situación le sumó “la combinación de varios factores: un poder presidencial diluido, una coalición gobernante dividida y un sindicalismo también dividido”. En este escenario, consideró que “la oposición tampoco contribuye en nada porque también está muy dividida”.
“Y estamos en un contexto donde la sociedad expresa crecientemente una anomia, es decir, ignora los comportamientos que violan el Estado de derecho”, agregó en diálogo con Marcelo Longobardi. “Esto lo vemos en la calle, no solo con los mapuches, sino con una economía cada vez más informal que trae como consecuencia ignorar la presencia del Estado”.
Para el analista, “estas son las consecuencias del vacío de poder”. “Cuando ya tenés situaciones donde un estudiante le pone candado al colegio, ya la anomia se extendió a los comportamientos más básicos”, ejemplificó.
Por otra parte, se refirió a la falta de diálogo entre los principales actores políticos que impide llegar a consensos básicos. “Sería lo lógico en cualquier país del mundo, pero acá este problema de la grieta que tenemos hace que lo más básico en política -que es hablar con el otro- sea imposible.”
“Lo más importante es el sistema político, no sus integrantes; pero en Argentina el personalismo y la lucha facciosa hacen que el sistema político sea visto con desconfianza y como algo irrelevante”, reflexionó.
“En definitiva esto tiene que ver con la inflación porque si no tenés sistema político, no hay forma de negociar una salida lógica a un proceso que se hace hiperinflacionario”, analizó. Por último, lamentó que “acá a nadie le importa el interés general, todo el mundo cuida su interés particular”.
Fuente: CNN Radio Argentina