Uno de los bloques de Juntos por el Cambio en el Concejo Municipal de Rosario acompaña abiertamente la implementación del sistema de radares para controlar el tránsito en las calles de la ciudad. “No hay ninguna ciudad en el mundo de la magnitud de Rosario, incluso más pequeña, que no tenga control de tránsito. Lo exótico es que no lo hayamos tenido antes”, expresó el edil Carlos Carodoz, del bloque Unión Pro.
Aunque en líneas generales apoya esta iniciativa del gobierno de Pablo Javkin, que comenzó a operar oficialmente la semana pasada, Cardozo aclaró que “hay que ir evaluando el sistema y, si es necesario, hacer retoques”. En ese sentido, citó un ejemplo: “Por una propuesta que presentamos desde nuestro bloque, a instancia de los vecinos, el intendente decidió subir la velocidad en calle Mendoza de 30 a 40 kilómetros por hora”.
A la hora de señalar los defectos del sistema, en declaraciones al programa ‘Así Estamos’, que se emite los domingos a la medianoche por Telefe Rosario, el concejal apuntó: “Una necesidad es pintar en la calzada las velocidades máximas, como se ve en Buenos Aires y Mendoza. La otra, colocar en todos los semáforos de la ciudad el reloj que indica cuánto falta para que el semáforo cambie de color: si estás a mitad de cuadra y ves que faltan 3 segundos para que se encienda la luz roja, ya sabés que vas a tener que frenar”. Enseguida, aclaró que estas propuestas ya fueron votadas en el Palacio Vasallo y falta que el Ejecutivo las concrete.
“Y el tercer punto –indicó Cardozo– es algo que presentamos en 2016: por la inseguridad que vive Rosario hay que generar un sistema de intermitencia de los semáforos; la gente de Tío Rolo, por ejemplo, nos pide que apenas se haga de noche los semáforos de Ovidio Lagos se pongan intermitentes. Tiene que ser algo fijo, predeterminado. Otro caso, al revés, es que en ciertos lugares de la ciudad se retarde la puesta en marcha de la intermitencia, por ejemplo, en avenida Pellegrini, donde hay mucho más tránsito”.
Cardozo ratificó que desde su bloque están “a favor de un sistema de control de velocidades”, pero insistió con que “hay que atender ciertos cambios como la velocidad máxima en algunas avenidas que han quedado muy bajas”. Y dio otros ejemplos: “Un caso es Ayacucho entre Uriburu y el arroyo Saladillo: cuando cierra el centro comercial no se puede mantener la velocidad máxima de 40 kilómetros por hora, es muy baja; pedile a la gente que circule a 40 a la altura del Museo del Deporte en una ciudad donde en materia de seguridad no la estamos pasando muy bien… Lo mismo para la avenida Eudoro Carrasco, donde de domingo a jueves no tiene sentido circular a 40 después de las 10 de la noche”.
