EL TRANSPORTE EN ROSARIO

¿CUALQUIER BONDI NOS DEJA BIEN?

Hay una desproporción en los subsidios que el estado nacional brinda al transporte a nivel país. Un 85% del dinero se concentra en el AMBA, muestra cabal de un supuesto federalismo al que le picaron el boleto.

El 30 de noviembre finaliza el plazo de Emergencia en el Transporte Urbano de Pasajeros de Rosario, un período de excepcionalidad que el Concejo autorizó en 2020 para que el Municipio pudiera replantear el esquema de colectivos. La normativa aprobada establecía que “la emergencia se extenderá por dos años o quedará sin efecto cuando el sistema haya recuperado el 90% de los pasajes vendidos antes de la pandemia, o sea, alrededor de 450 mil boletos”.

En este contexto, hace unos días, el propio intendente Pablo Javkin dio los detalles de cómo quedará el Sistema de transporte Post pandemia. Hay que recordar que justo antes de la explosión mundial de Covid, se había planteado un sistema de transporte dinámico para Rosario, en el que la circulación de las unidades fuese en sintonía con la demanda ciudadana. Algunos de los cambios en ese entonces fueron: la fusión de líneas, varios cambios de recorridos, y luego la extensión de una serie de trayectos a partir del año pasado.

Pero avanzado el año 2020, de los 450 mil pasajeros diarios pre pandemia, se redujo la demanda a unos 125 mil. Por cierto, en 2021 empezó a recuperarse, cerrando el año con 305 mil boletos al día. Actualmente, la cifra llega casi a los 380 mil.

Afortunadamente aumentaron los viajes para la viabilidad del sistema, ya que actualmente el 39% de su financiación depende de los boletos vendidos. Pero la clave son los subsidios, ya que tanto los nacionales como los provinciales se redujeron a lo largo de los últimos dos años, en su incidencia porcentual.

De 22 a 20 % el subsidio de la provincia y, notoriamente, de 34 a 21% en lo que respecta a las partidas de la nación. Por otro lado, el aporte municipal aumentó en 2 puntos porcentuales. Esos porcentajes demuestran que los aumentos de las partidas, si bien existen, no alcanzan para equilibrar los números en una realidad inflacionaria.

Para colmo de males, hay una desproporción en los subsidios que el estado nacional brinda al transporte a nivel país. Un 85% del dinero se concentra en CABA y el AMBA, muestra cabal de un supuesto federalismo al que le picaron el boleto.

Independientemente de la financiación y del siempre debatido aumento del boleto, lo cierto es que también se siente la falta de frecuencias. En ese sentido, el objetivo de la intendencia es que para marzo de 2023 el sistema cuente con 690 unidades, es decir que se sumarían 57 al esquema actual. 37 de ellas serían incorporadas por la empresa Rosario Bus y las 20 restantes por la empresa MOVI.

Además, se prevén otras mejoras: Aumentar coches y frecuencias nocturnas a partir de las 19  y también, implementar la Tarjeta Sube a partir de un convenio con el Gobierno Nacional que se firmará en los próximos meses. Además, se buscar que a partir del 1° de diciembre, la información en tiempo real de los servicios a través de Google Maps y otras aplicaciones que complementarán el servicio “Cuándo llega”. Crear dos nuevos puntos de recarga de Tarjetas: en la Plaza Sarmiento y en el Hospital de Niño Victor J. Vilela. En la actualidad hay más de 600 en la ciudad. Entonces… ¿Cualquier bondi nos deja bien..?