Desproposito

Por el despido de 5 estibadores violentos, el puerto de Rosario pierde cargas y prestigio

El acuerdo entre TPR y el Supa estaba a punto de concretarse pero se trabó cuando un grupo de trabajadores se rebeló contra su propia conducción sindical.

El gerente general de Terminal Puerto Rosario (TPR), Leonardo Feltrinelli, que administra el puerto de la ciudad, lamentó que el acuerdo con el Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (Supa) se haya trabado justo cuando el desenlace era inminente. “El conflicto hoy está centrado en cinco personas que fueron despedidas con justa causa, y a las que a pesar de que no corresponde indemnizarlas se decidió pagarles de todas maneras. Y quiero aclarar que fueron despedidas por violencia, ya que hubo violencia física directa, de lo que hay evidencia; agresiones verbales con amenazas de muerte, hacia mi persona y hacia nuestro gerente de recursos humanos; y ni hablar de todo lo que ha sido la vandalización de propiedad de la compañía”, resumió el directivo.

“Hubo actos de violencia inéditos, todos ellos registrados e incluso denunciados penalmente. La empresa se encuentra sin operar por negarse a reincorporar a esos cinco violentos, algo que ha sido ratificado en las reuniones que mantuvimos con los diferentes ministerios de Trabajo provincial y nacional”, indicó Feltrinelli en diálogo con Marcelo Fernández en el programa «Con sentido común», de CNN Radio Rosario.

 

“Aunque no corresponda, se accedió a que a esos trabajadores se les pague la indemnización de acuerdo a lo que determina la ley; incluso se les otorgará una cobertura, brindada por el Ministerio de Trabajo, que les asegura de alguna manera una futura reinserción laboral. Honestamente creímos que habíamos llegado a un acuerdo porque nos pusimos de acuerdo en todo. El único punto que hoy por hoy está haciendo mucho ruido, y es lo que no está logrando cerrar el acuerdo, es el de estas cinco personas. En el resto de las cuestiones, un punto más, un punto menos, hemos acordado”, agregó.

Feltrinelli evitó luego pronunciarse sobre la capacidad que tiene hoy la conducción del Supa para cerrar un acuerdo. “No quisiera concentrarme en el sindicato y prefiero concentrarme un poco más en lo que nosotros podemos aportar como empresa, y es todo lo que hemos venido proponiendo durante los casi 30 días que lleva este conflicto”, indicó. 

Sobre el desgaste que el conflicto sindical provoca entre los clientes de TPR, entre ellos General Motors, el ejecutivo consideró: “TPR tiene algo fundamental para toda la región, que es su ubicación y el nivel de servicio al cual habíamos acostumbrado a nuestros clientes, que lamentablemente está muy opacado por este conflicto y del que nos va a costar muchísimo salir adelante. TPR era la única terminal de Argentina hasta este conflicto que en los últimos años venía creciendo en cantidad de contenedores movidos. ¿Esto nos afecta? Obviamente que nos afecta. ¿Podemos aguantar un tiempo más? Lo haremos. Creo, y esto yo lo digo a título personal, que el puerto de Rosario tiene un futuro brillante. Para cuando este país libere las restricciones al comercio internacional, la capacidad de crecimiento que tiene este terminal es muy prometedora por su ubicación y apoyado en las ventajas competitivas de Argentina, el agro, la energía, la minería, etcétera”, expresó. 

Respecto de la participación de los estados nacional y provincial para mediar en el conflicto el gerente de TPR valoró que actuaron “con bastante diligencia”. Y amplió: “Con los ministerios de Trabajo hemos estado interactuando continuamente y tenemos línea abierta continua. A pesar de que no se percibe, el diálogo es constante. Estamos buscando una resolución de la mejor manera posible para todas las partes. Y por eso comentamos también, inclusive, la opción de que esta gente salga con una indemnización completa”. 

Por último, dejó en claro que la empresa rechaza reincorporar a las 5 personas despedidas para ponerle fin al conflicto. “No lo podemos aceptar porque sería ir en contra de nuestros valores. Tenemos que velar por la seguridad de 500 trabajadores y observar el daño a la economía argentina. Entonces, reincorporar a estos pocos violentos, que es lo que se nos está exigiendo, no lo vemos como una opción. En general se escucha poco hablar a las empresas en Argentina sobre valores y pareciera que todo es negociable. La violencia no es negociable”.