No solo la mayoría de los ciudadanos rechazaron ampliamente los cambios a la Constitución propuestos por el Gobierno —entre ellos la reducción del número de asambleístas y replantear la designación de autoridades de control del Estado— sino que Revolución Ciudadana, el movimiento liderado por el expresidente Rafael Correa, obtuvo la victoria en varias capitales y en ciudades pequeñas.
El lunes, y tras varias horas de silencio, Lasso reconoció la derrota en un mensaje a la nación y llamó a todos los sectores a trabajar por un acuerdo nacional.
“Lo que ocurrió el domingo fue un llamado del pueblo al Gobierno y no vamos a eludir la responsabilidad. Pero también hubo un llamado a toda la dirigencia política y al Estado. El pueblo ecuatoriano pide que dejemos de abonar las rencillas entre nosotros y nos pongamos a solucionar los problemas urgentes y concretos de nuestra gente”, explicó.
El mandatario ecuatoriano agregó que, pese a que considera importantes y necesarios para el país las reformas planteadas, el bienestar futuro del país no pasa exclusivamente por el referendo. También aprovechó para felicitar a los ganadores de las elecciones locales.
De acuerdo con el Consejo Nacional Electoral, el movimiento Revolución Ciudadana logró ganar algunos cargos en las elecciones locales. Una de las principales sorpresas fue el triunfo de Aquiles Álvarez para la alcaldía de Guayaquil, quien derrotó a Cynthia Viteri, la actual ocupante del cargo. La victoria de Álvarez puso a fin a más de 30 años de mandatos del tradicional partido Social Cristiano.
También fue una sorpresa el triunfo de Marcela Aguiñaga en la prefectura del Guayas. En contra de lo que indicaban las proyecciones previas, la prefecta actual, Susana González, del partido Social Cristiano, no logró reelegirse. González reconoció su derrota en un mensaje que publicó en su cuenta de Twitter.
Mientras tanto, en Quito el correísta Pabel Muñoz ganó la alcaldía de la capital ecuatoriana al imponerse, según las proyecciones, al exalcalde Jorge Yunda, del movimiento Pachakutik. Lo mismo ocurrió en otras provincias y ciudades donde el correísmo se impuso. Es el caso de Sebastián Lloret, quien logró convertirse en el prefecto electo de Azuay.
En Manabí ganó la prefectura Leonardo Orlando, mientras que en la provincia amazónica de Sucumbíos el ganador fue Yofre Poma. En Imbabura, Richard Calderón ganó la prefectura, mientras que en Santo Domingo de los Tsáchilas y Santa Elena las prefecturas fueron para el correísmo.
Hasta el momento, los resultados oficiales otorgan al correísmo nueve prefecturas y al menos siete alcaldías de las capitales de las 24 provincias del país. También los candidatos de Revolución Ciudadana obtuvieron decenas de cargos en alcaldías de diferentes ciudades, en las juntas parroquiales y en las concejalías de los municipios de todo Ecuador.
Durante una entrevista en Radio Pichincha, una emisora de la prefectura de la provincia de Pichincha, el expresidente Rafael Correa afirmó que el resultado del domingo “es un punto de quiebre y una victoria espectacular”. “Ni en las mejores épocas del gobierno de la Revolución Ciudadana con una Alianza País que era un partido estructurado, el movimiento más grande de la historia del país, habíamos logrado ganar Quito y Guayaquil”, dijo Correa.
El exalcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, líder del partido Social Cristiano (PSC), dijo en un mensaje difundido en las redes sociales que trabajarían para corregir los errores y multiplicar en el futuro los aciertos que han tenido. Nebot dijo que el presidente Lasso cometió un error al unir el referendo con las elecciones seccionales en una misma jornada electoral y que trató de “beneficiarse irresponsablemente” del plebiscito.
“Eso provocó que una gran cantidad de ecuatorianos utilizó la elección para castigarlo y decirle ‘no’ a su gobierno”, dijo Nebot. Además, insistió en que el referendo “se contaminó” con la elección de autoridades de por medio.
Sobre el triunfo del correísmo en varias provincias, el analista político y profesor de la Universidad George Washington, Jaime Durán Barba, dijo a CNN en Español que la baja popularidad del presidente Guillermo Lasso marcaba el peor escenario para introducir un referendo constitucional.
“Un presidente con esa imagen tenía que perder la consulta. No me sorprende. La gente vota por el mensajero no por el mensaje. Nunca hubo un presidente con peor imagen que Lasso. Esto ocurre porque el gobierno ha sido muy ineficiente, ha sido muy pedante y ha contrariado ese ambiente de encuentro y sencillez que hubo en la segunda vuelta electoral”, agregó.
Fuente: CNN