Tras la pueblada que se orinó en Empalme Graneros este lunes para destruir los búnkers de ventas de droga, después que en el barrio el fin de semana asesinaran a niño de 11 años en una balacera e hirieran a otros tres, una de las maestras contó cómo es la situación a diario en el barrio.
El levantamiento popular contra la droga dejó como consecuencia siete puntos de ventas de estupefacientes destruidos. Los vecinos cuentan que la banda opera en el lugar desde hace 20 años. Entre otras cosas a las que se dedicaban, además del narcomenudeo, era a robar motos y autos para su posterior desguace.
Algunas de las casa derribadas no eran búnkers, pero estaban usurpadas por estos delincuentes, que a través de amenazas, echaron a sus dueños para quedarse con su propiedad.
“La droga aquí es moneda corriente, yo trabajo todos los días y vengo con mucho miedo. El barrio es muy peligroso, nunca se vivió una cosa así. Nosotros tenemos policía en la escuela, pero no se pueden mover del lugar”, contó una de las maestras que da clases en el barrio.
“Los chicos ya tienen naturalizado el tema de la violencia, cuentan lo de las balaceras como si nada. No hay que naturalizar la violencia, nosotros tratamos de inculcarles esas cosas. Los maestros no hemos sido amenazados en este último tiempo”, siguió con su relato la docente y agregó: “En la escuela tratamos de hacer hincapié en la educación, esta es una escuela religiosa”.
“Ayer se hizo una oración antes de ingresar, que confíen en Dios y que esto puede cambiar, que no se acostumbren a esto. Los chicos rezan todos los días antes de entrar a clases y piden que no haya muertos”, concluyó.