Entrevista

Cuáles son los tres candidatos de Pullaro para el Ministerio de Seguridad

El precandidato a gobernador dijo que ya eligió a la persona que ocupará el sillón más caliente del gabinete en caso de llegar a la Casa Gris.

El precandidato a gobernador Maximiliano Pullaro aseguró que ya eligió quién será su ministro de Seguridad en caso de que a partir del 10 de diciembre tomé las riendas de la Casa Gris. Es un puesto clave en estos tiempos de violencia extrema y que en este caso cobra aún más relevancia porque uno de los hits en la campaña de Pullaro es que asegura saber cómo hay que hacer para controlar la inseguridad.

En un ida y vuelta que mantuvo con Marcelo Fernández y Pablo Feldman para el programa «Democráticos», el exministro de Miguel Lifschitz habló de todo.

“Porté armas mientras fui ministro de Seguridad, siempre rechacé tener custodia porque consume muchos recursos: 40 policías para cuidar a un hombre. Hace dos meses y medio, después de exigir a Perotti que los narcos y sicarios vuelvan a pabellones de alto perfil, dispararon 19 balazos contra la sucursal de Granadero Baigorria del Banco de Santa Fe y dejaron un cartel que decía ‘Pullaro dejá de hablar de los narcos’. En ese momento me ofrecieron custodia pero la rechacé”, contó en el comienzo de la entrevista.

—Carolina Losada dijo que vos eras parte del problema y no de la solución… Te puso del lado de los malos.
—Por una chicana electoral no vale todo. No voy a hablar mal ni de Losada ni de Fein por una contienda electoral.

—No sonó a chicana lo que dijo, directamente te imputó.
—Si me imputan una situación de criminalidad directamente voy a la Justicia. Se intenta sembrar dudas y dejarme en un lugar oscuro, pero no lo voy a permitir. Sobre todo de parte de personas que hasta hace unos meses hablaban bien de mí. Por eso hay especulación laboral.

—Bullrich, madrina de la candidatura de Losada, no avaló esos dichos…
—Valoro y rescato la honestidad intelectual de Patricia Bullrich, quien estuvo en el mismo lugar que yo trabajando espalda con espalda para arreglar el problema de la inseguridad en Santa Fe. Repito: hasta hace unos meses quienes hoy me critican hablaban bien de mí, me pidieron acompañamiento en la campaña pasada y decían que coordinaban conmigo los planes de seguridad. Las contradicciones es de los otros, no mías.

—¿Cómo es que los jefes de las bandas están presos y siguen operando?
—¿En mi gestión sucedía lo mismo?

—En alguna medida, sí…
—En mucha menor medida.

—En todas las bandas había policías.
—No mezclemos los temas, estamos hablando de cosas distintas. En el Servicio Penitenciario teníamos un control total y absoluto porque a los presos de alto perfil los teníamos en pabellones de alto perfil. Los jefes tenían una condición de detención diferente…

—¿Eso cambió?
—Por supuesto. En la primera semana de gobierno de Omar Perotti disolvieron los pabellones de alto perfil y los jefes narcos y sicarios vuelven a pabellones comunes. Eso generó un descontrol. Desde allí se empezó a planificar el delito.

—¿Por qué hicieron eso?
—Creo que fue un error de diagnóstico. No digo que hubo mala fe, pero pensaron que bajando las condiciones de detención y teniéndolos más tranquilos en la cárcel iba a disminuir el conflicto en el territorio. Pero con el delito no se pacta.

—¿Qué evaluación hacés de la Policía?
—Hago una buena evaluación, aunque no sea políticamente correcto decirlo. Es una fuerza que hoy está en condiciones de dar respuestas si tenés capacidad para conducirla y controlarla.

—¿Con esta Policía se puede combatir el delito?
—Sí. En mi primer año como ministro de Seguridad puse a 400 policías en proceso de exoneración. Eso es control político de la fuerza de seguridad. Perotti exoneró a 8 en 3 años y medio. Cuando la política está encima de la institución las cosas pueden cambiar. En mi gestión había entre 180 y 240 móviles para patrullar Rosario, hoy hay entre 30 y 60. Eso es conducción política, es lo que falta.

—¿Y con esta Justicia se puede combatir el delito?
—Tenemos que ir hacia una Justicia más eficiente, que pueda articular con las fuerzas de seguridad. Me molesta cuando la Justicia dice “este problema no es mío, es del Poder Ejecutivo”. Muchos de los problemas de inseguridad tienen que ver con la Justicia.

—¿Qué hubieras votado sobre el desafuero de Traferri?
—Voy a contestar con un ejemplo: nuestro bloque en Diputados dijo que si un fiscal quiere investigar a cualquiera de nosotros, ponemos el fuero a disposición. Como hizo el senador Enrico cuando fue apenas mencionado por el abogado de Peiti.

—¿Cómo votó Enrico el desafuero de Traferri?
—En contra…

—Bueno, ya que hablamos de dar el ejemplo…
—No, no. Lo que puedo decir es que Enrico puso sus fueros a disposición cuando fue mencionado. Los fiscales le agradecieron el servicio republicano. Yo hubiera votado por el desafuero. La UCR siempre puso los fueros a disposición.

—Se pensó en algún momento en la Bicameralidad…
—No. En la pandemia, con el peor gobierno que tuvo Santa Fe, que es el gobierno de Perotti, si no explotó la provincia fue por el Senado. Por la forma de trabajar en el interior que tienen los senadores.

—¿La Justicia santafesina está muy politizada, no?
—No lo sé…

—¿Cómo que “no lo sé”?
—Que algunas personas respondan a algún dirigente político, no me consta.

—¿Quedó en nada la causa de las escuchas ilegales del exministro Sain?
—No quedó en nada. Hay once personas imputadas de al menos 22 delitos…

—Está medio contaminado ese proceso.
—No lo veo de la misma manera. Fui víctima de ese seguimiento ilegal. Tienen que pagar los responsables, y no entiendo por qué se hizo. Esto no puede ocurrir más y habría que condenarlo. Que haya una empresa criminal al interior del Estado es grave.

—Otro tema. La Educación hoy atrasa…
—Por supuesto que debemos vincular la tecnología a la matriz pedagógica; los chicos hoy se vinculan muy temprano con la tecnología, con lo cual no se puede seguir pensando en la educación de la misma forma que hace 20 años. Ni siquiera tenemos un sistema de seguimiento del rendimiento de cada alumno.

—Más del 90 por ciento del presupuesto para Educación corresponde a la masa salarial docente.
—Hay que garantizar un piso de clases, de 180 días. No se puede discutir todo el tiempo y las paritarias deben empezar en enero porque las clases nunca comienzan en fecha. Además hay que garantizar la capacitación continua de los docentes, para que puedan aplicar de manera correcta los contenidos; también hay que hacer un censo de infraestructura para saber las condiciones edilicias de las escuelas. El año pasado hubo escuelas que se quedaron sin gas después de estar dos años sin operar por la pandemia. No hay una planificación. Algo pasó en los últimos 4 o 5 años que llevaron a que nuestros alumnos rindan menos.

—¿Las empresas del Estado seguirán en manos del Estado?
—Por supuesto, pero serán eficientes.

—¿Y cómo lo van a hacer porque hoy cualquier emprendimiento se tiene que pelear con el Estado para que lo dejen avanzar?
—Vuelvo a lo que a mí me tocó gestionar. El Estado puede ser más eficiente. Cuando llegué al Ministerio de Seguridad en Rosario había 60 móviles, y cuando me fui dejé entre 180 y 240. Lo que hice fue controlar más y volver más eficientes los recursos. Lo mismo se puede repetir con las empresas y reparticiones del Estado.

—¿Qué pensás de las retenciones?
—Habría que bajarlas de manera paulatina hasta eliminarlas. Quien dice que las va a sacar de un momento a otro, está mintiendo. Con una reforma impositiva de por medio.

—¿Qué fue Lifschitz para vos y qué cambió su partida prematura?
—Fue un padre en la política, me enseñó la gestión pública, a no descansar nunca y siempre ir por más. Estábamos seguros de que Miguel iba a ser el gobernador en 2023.

—Vas a confrontar con Mónica Fein y Clara García…
—Sí, pero Federico, hijo de Miguel, está junto a nosotros.

—¿No es un amontonamiento de partidos Unidos para Cambiar Santa Fe?
—Tenemos un programa de gobierno que debatimos y consensuamos durante ocho meses. Le pusimos mucho esfuerzo. No le vamos a dar ventaja al kirchnerismo en esta provincia.

—No se ve mucho kirchnerismo en el Justicialismo de Santa Fe.
—Lewandowski y Perotti hace un año y medio fueron candidatos a senadores nacionales de la lista que lideró Cristina de Kirchner. Lewandowski es un kirchnerista asintomático. Nunca lo vi oponerse a políticas del gobierno nacional.

—¿Por ejemplo?
—El peronismo de Santa Fe está sometido a las políticas nacionales. Los representantes de Santa Fe permitieron medidas que perjudicaron a la provincia, por ejemplo: la rebaja del corte de biodiésel del 10 por ciento al 5 por ciento; vinieron por el cierre de la exportación de carnes y ante eso Perotti respondió con dos tuits y Lewandowski no dijo nada; con lo de la hidrovía también y con el aumento a las retenciones a la harina y el aceite de soja. Se callaron la boca.

—¿Qué pensás hacer con la Hidrovía?
—Primero, tiene que haber un control exhaustivo. El Estado tiene que estar ahí. Prefectura debe controlar que no entren barcaza con droga y que no salgan cargamentos con droga. También hay que controlar las fronteras terrestres, ya que el kirchnerismo sacó a los gendarmes; y lo mismo con los aviones que entran desde Paraguay. La droga no sólo entra por la Hidrovía.

—¿Ya tenés el nombre de tu ministro de Seguridad en caso de que seas gobernador?
—Sí, lo tengo. No lo voy a decir ahora. Es una de las tres personas que participará en las reuniones de seguridad a las que convocó el gobernador: el comandante general Omar Pereyra, el doctor Pablo Cococcioni y el diputado nacional Gabriel Chumpitaz.