Estanislao Bougain, director externo de Vicentin, consideró que el concurso de acreedores de la empresa ha entrado en su etapa final y que la homologación es inminente, después de sortear diversas trabas que fueron apareciendo en el camino. “Nosotros tenemos los fondos para pagarle a los acreedores, los acreedores necesitan esos fondos en tiempos de tanta crisis, y es el momento de dar vuelta de página y avanzar como corresponde”, sostuvo en una entrevista con Marcelo Fernández, por CNN Radio Rosario.
—¿Cuál es la situación actual del concurso?
—El primer hito relevante para nosotros fue el 31 de julio del año pasado, cuando presentamos las mayorías. Ahí ya debió haberse homologado el concurso y el cumplimiento de la propuesta. Pero desde entonces han pasado 13 meses y seguimos dando vueltas, siempre cerquita, pero el último paso todavía no llega. Nosotros estamos tranquilos, esperando que llegue ese momento.
—¿Por qué siempre aparece algo que traba la homologación?
—Aparecen cosas, sí. La Corte Suprema tuvo el expediente en estudio durante ocho meses, completamente paralizado. Se remitió todo a Santa Fe y no hubo ningún avance, quedó cristalizado. Ese pedido de avocación terminó con los seis magistrados pronunciándose en contra de la procedencia de la avocación. Y con dos votos que votaron en contra de la avocación, pero hicieron algunas aclaraciones. Cuando el expediente vuelve al juzgado, empezamos con el juicio político a Lorenzini, seguimos con medidas cautelares que empiezan a llover de todos lados y que deberían paralizar la actividad en el concurso. Y la última fue la de un juez penal de Rosario que notifica algo muy raro al juez de concurso, porque le hace saber de la existencia de una medida cautelar trabada en 2020, que por supuesto todos conocíamos. Pero además de recordarle que existe esa medida cautelar, le dice que cualquier acto de impulso en el expediente es una desobediencia, por lo tanto un delito sometido a reproche penal. Ahí estamos: del 31 de julio de este año hasta ahora dando vueltas sobre si el concurso puede avanzar o no. En una audiencia muy esclarecedora de la semana pasada esto se discutió con mucha profundidad y el juez penal resolvió ratificar la existencia de la medida cautelar de 202 e hizo unas declaraciones muy interesantes diciendo que pese a que la medida cautelar está vigente y que se debe respetar hasta tanto se levante, no hay ningún obstáculo para continuar con el concurso. Entonces creo que hemos empezado la parte final de la homologación. Entre tanto, hay un acontecimiento interesante para resaltar: uno de los acreedores granarios más importantes, que formaba parte de ese pretenso fideicomiso de acreedores de Vicentín, resolvió notificar al juez del concurso que da apoyo a la propuesta concursal y que quiere una pronta terminación. Esto es una prueba más de que todos quieren la terminación. Ya este concurso se ha estirado demasiado, nosotros tenemos los fondos para pagarle a los acreedores, los acreedores necesitan esos fondos en tiempos de tanta crisis, y es el momento de dar vuelta de página y avanzar como corresponde.
—En todo este proceso hay dos hechos, entre otros, que son realmente extravagantes y raros. Uno, el de la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe, que se llevó ocho meses el expediente; y la otra es esta del juez Hernán Postma que frenó la homologación. ¿Qué hay detrás de todas estas maniobras?
—Hay un análisis político para hacer, por supuesto. Las cosas que usted refiere forman parte de lo que yo mismo tengo para mí en mi análisis. Pero yo quiero recordarle que mi función en este concurso es terminarlo, llegar al final, y no tengo que perder tiempo en especulaciones políticas: tengo que concentrar mis esfuerzos en que esto se homologue rápido y que podamos pagarles a los acreedores. El resto, en otra circunstancia que no fuese la que estoy ocupando en este momento, con gusto lo discutiré, pero me parece que la compañía tiene que focalizarse en lo que es importante. Ha causado un problema enorme con su concurso, ha encontrado la mejor solución posible y ésta fue apoyada de manera contundente. Tenemos que terminar esto, dar vuelta de página, dolorosa para todo el mundo, ya que no hay ganadores con esta homologación, pero hay que terminar y continuar la vida. Ése es el foco de mi atención.
—En estos términos entonces, hoy por hoy, ¿hay algo que esté trabando la posibilidad de que el juez Lorenzini homologue?
—Yo no encuentro nada. El expediente está completo, todos los informes han sido presentados, he leído la mayor parte de ellos y son coincidentes en que la propuesta es la menos peor posible. Se han valuado activos y riesgos, han mirado qué otra alternativa podría ser mejor para los acreedores y nadie la encuentra. Esto ya no es más narrativa como en la época del concurso, estos son documentos escritos, presentados y que son de público conocimiento. A esta altura ya no encuentro puntos de duda.
—¿Quién se beneficiaría con una eventual quiebra de Vicentin?
—Yo no encuentro quién se pueda beneficiar, porque lo hemos analizado internamente muchas veces con los asesores, con el directorio, y no hay ganadores en ese escenario. Si esta propuesta no fuese homologada, correspondería abrir un cramdown, que no se hace en cualquier época de la Argentina, sino en esta época, sin granos, sin materia prima, y no hay quien tenga los fondos para aguantar todo ese proceso de cramdown. Son fondos muy importantes, estamos hablando de pagar todos los costos fijos de la compañía durante un año, que es el proceso que puede durar el cramdown. No hay quien los tenga.