Amalia Granata fue, por segunda vez, una revelación electoral. Así, aunque “revelación” y “segunda vez” en una misma oración suene contradictorio. Lo cierto es que contra todos los pronósticos y las encuestas, en 2019 accedió a una banca en la Legislatura santafesina; y otra vez fuera de todo cálculo, sin mover la aguja de las encuestas, en las Paso del 16 de julio pisó fuerte en las urnas a tal punto que ahora su lista le discute de igual a igual llevarse la tajada grande de la torta de Diputados a los dos “tanques” electorales que conforman Clara García y Omar Perotti.
De esto y de otros temas conversó Granata en una entrevista que le concedió a Marcelo Fernández en «Con sentido común», por CNN Radio Rosario.
—Obtuviste un muy buen resultado en las Paso casi sin hacer campaña, ¿cómo fue eso?
—En realidad hice campaña, lo que no hice fue una campaña millonaria. Desde este espacio, desde que yo arranqué, vengo promocionando las campañas sin gasto obsceno. A mí me parece contraproducente. Los candidatos se horrorizan por la situación del país, por la pobreza y por todo lo que pasa, y tienen invertidos millones y millones de dólares en una campaña. Entonces creemos que esto tiene que ser una tendencia, que se tiene que instalar: las campañas austeras. Y se puede. Yo recorrí toda la provincia, localidad por localidad, para presentar mi trabajo legislativo. Yo soy empleada de la gente, porque la gente me puso en este lugar y es la que me sostiene. Y yo en esta campaña hice un balance y le rendí cuentas a la gente de cuál fue mi trabajo legislativo en estos tres años y medio. Les conté cuáles eran mis proyectos en seguridad, educación, medioambiente, salud. La gente los escuchó y no sólo reafirmó el voto de 2019, sino que hubo treinta mil personas más que apoyaron este proyecto, básicamente, porque mi campaña se basa solamente en mi trabajo. Y reitero, estamos totalmente en contra de las campañas obscenas que se han hecho en la provincia sin ningún tipo de justificación. Hubo candidatos que gastaron millones sin justificar de dónde provenía el dinero y ni siquiera superaron las Paso. Entonces me parece que hay que empezar a instalar que se puede hacer una campaña más austera.
—¿Qué expectativas tenés para las generales?
—Yo no lo quiero centralizar en mi persona, no creo que vaya a ganar Amalia, sino que va a ganar la gente, y te explico por qué. Porque la Legislatura hace muchos años que está totalmente aburguesada y manejada por un especie de feudo que se ha formado ahí por los mismos de siempre, por el socialismo, el radicalismo y el peronismo kirchnerismo. Es como un grupo que se ha anclado ahí y ha tomado la Legislatura como propia. Esto tiene que cambiar. Nuestra lista está formada por gente que no viene de la política, es gente muy valiosa: hay abogados, docentes, psicólogos, emprendedores, estudiantes, gente que se involucró harta de que en esta Legislatura se haya formado esta chatura y esta improductividad manejada por los mismos de siempre. La idea es que si entramos en política es para cambiar esa dinámica y darle una dinámica de trabajo en serio, real, de proyectos que le sirvan a la gente. Lo que sucede hoy es que solamente tratan los proyectos que a ellos le conviene: lo que ellos quieren, sale; y lo que no quieren, no. Eso tiene que cambiar. Y para que cambie hay que cambiar a los mismos de siempre, que están enquistados ahí adentro hace muchos años.
—Desde aquí todo el tiempo peleamos contra ese establishment que no tiene distinción de partidos y se cubren la espalda unos con otros. En caso de que vos no ganes, ¿se puede cambiar algo o seguirá siendo lo mismo de siempre?
—Por más que no nos llevemos a los 28 diputados, aunque creo que tenemos muchas posibilidades, igual vamos a ver. Me da un poco de miedo cuando el candidato a gobernador Maxi Pullaro quiere instalar que para que él tenga gobernabilidad hay que elegir a Clara García-Bonfatti, porque digámosle a la gente que si Clara García gana, ingresa Bonfatti. O sea, más de lo mismo. Nosotros desde este lugar decimos que vamos a hacer oposición a Maxi Pullaro, pero eso no significa que no le vamos a levantar la mano cuando él haga las cosas correctas, sino que lo vamos a marcar de cerca cuando haga las cosas incorrectas. Vamos a ser una oposición clara, coherente, y objetiva con Maxi Pullaro si es el próximo gobernador de la provincia. Ese es el verdadero trabajo legislativo.
—El voto que te acompaña, además de avalar tu trabajo en la Legislatura, ¿no te parece que de alguna manera está enmarcado en esto de votar a gente que no tiene nada que ver con la política?
—La gente está harta de ver las mismas caras hace 30, 40 años y que nos han llevado a esta degradación. Es el hartazgo de la gente por los que vienen y te prometen cosas. Lo tenés a Perotti, que es gobernador, y te viene a prometer que si es diputado va a hacer cosas… ¿qué va a hacer que no hizo como gobernador? Y como te decía antes, tenés a Clara García y Bonfatti, que tuvieron doce años de socialismo, en los cuales fracasaron, porque de lo contrario no hubiese vuelto el peronismo. A Bonfatti le balearon la casa y él decidió retirar la denuncia, pero ahora te dicen que si los votás para diputados ellos van a ser valientes. De eso está harta la gente, de ver estas caras perpetuadas en el poder, saltando de banca en banca: han sido concejales, diputados, senadores, intendentes, gobernadores… y ahora te dicen que si ocupan una banca como diputados te van a solucionar la vida. Esa es la vieja política o la casta que puso en agenda Javier Milei. Los mismos de siempre que no te solucionan nada, pero quieren vivir del Estado eternamente.
—Hablando de Milei, ¿cómo ves las elecciones de octubre?
—La verdad no podría hacer futurología; pero si me voy a los números, claramente, se ve como ganador a Javier Milei. Ante la posibilidad de que haya un balotaje con Massa, la gente de Bullrich no lo va a votar a Massa, sino que se va a ir al lado de Milei; si es un balotaje con Bullrich, la gente de Massa no la va a votar a Bullrich, va a votar a Milei; entonces creo que si no gana en primera vuelta tiene todas las posibilidades de ser presidente en el balotaje.
—Volviendo a la provincia, ¿por qué te parece que un tema como la inseguridad no se puede controlar?
—Porque no es un tema de poner más policías, es un tema más profundo y estructural, que tiene que ver con la educación, con la organización de los barrios, con algo que lleva muchos años erradicar y controlar. Acá viene un gobierno y emparcha; pasan cuatro años, viene otro gobierno y emparcha… viene otro gobierno, cambia todo. A veces no hay un plan verdadero a largo plazo para revertir la situación. Es un plan de emparche constante y que va cambiando con los diferentes gobiernos. Así no lo va a revertir nunca.
—¿Vos sabés o creés que también puede haber alguna connivencia de la política con la delincuencia?
—Mirá, yo no podría afirmar eso porque la verdad es que no tengo pruebas. Si tuviera las pruebas iría a la Justicia. No lo hablaría en los medios. Pero la verdad es que no lo sé.