ENTREVISTA

¿Es la inflación un delito?

En medio de la crisis económica argentina, el Dr. Ricardo Rojas plantea una visión controvertida: ¿Es la inflación un delito?

En dialogo con CNN Radio Rosario, el Dr. Ricardo Rojas conversó con Marcelo Fernández y discutió el estado actual de la economía argentina. “La inflación, en particular, se ha convertido en un tema urgente y grave”, comentó el Dr. Ricardo Rojas, conocido por su libro “La inflación como delito,”. Un debate crucial sobre la inflación en Argentina y plantea preguntas sobre el sistema monetario en un momento en que la economía se encuentra en una encrucijada.

En tal sentido, según Rojas, “la inflación es más que un problema político; es un delito”. Si bien no existe una figura penal específica para la inflación en el código argentino, Rojas propone una “modificación para incluirla”, consideró. Y agrega: “Es el resultado de la emisión de moneda por parte del gobierno, lo que aumenta la cantidad de dinero en circulación en relación con los bienes y servicios, provocando un aumento de precios”. “Aquellos responsables de esta actividad deberían ser castigados por la ley”, sentenció.

En Argentina, la situación se agrava aún más debido a restricciones y cepos que limitan la capacidad de las personas para buscar alternativas al peso argentino. Por cierto, Rojas también explora el origen del dinero y la inflación en su libro, destacando cómo el dinero solía ser un bien elegido voluntariamente por las personas en el mercado. Sin embargo, a lo largo del siglo XX, los Estados comenzaron a monopolizar la producción de dinero, eliminando la competencia de monedas. Y propone “eliminar el curso forzoso de la moneda como un paso fundamental para abordar el problema monetario“.

Por último, de acuerdo a la visión de Roja, propone “establecer límites a la emisión monetaria en la Carta del Banco Central, lo que permitiría la inclusión de figuras penales específicas en el Código Penal para quienes emitan dinero más allá de esos límites”. En última instancia, el objetivo sería “redefinir la relación entre el Estado y la moneda, promoviendo un sistema donde la emisión de dinero sea una respuesta a las necesidades del mercado y no una herramienta política“.