La semana pasada, tras el cierre del último ciclo del llamado “dólar agro,” las operaciones del lunes casi se detuvieron por completo. Además, la creciente dolarización de todos los actores económicos debido a la incertidumbre electoral y el aumento de la inflación llevó a los productores a preferir mantenerse resguardados en granos.
Sin embargo, el martes marcó un nuevo giro en el mercado disponible (denominado así debido a la entrega inmediata de los productos) después de que el Ministro de Economía, Sergio Massa, anunciara la prolongación hasta el 17 de noviembre del “dólar exportador”. Esta nueva modalidad permite liquidar el 70% al tipo de cambio oficial y el 30% al Contado con Liquidación, mejorando así la ecuación y situando el precio final alrededor de los $530.
La Bolsa de Comercio de Rosario informó que las ofertas en la plaza rosarina se situaron en alrededor de $190,000 por tonelada para la oleaginosa con entrega inmediata, en contraste con los $185,000 de los días anteriores. El mayor aumento se observó en el mercado de futuros, específicamente en la posición de noviembre, que experimentó un salto notable de u$s462 a u$s540 por tonelada en un solo día.
A primera vista, parece que esta medida ha tenido un efecto positivo al elevar los precios. Sin embargo, un análisis más detenido revela una situación diferente, especialmente en el mercado de futuros, donde se complica la realización de operaciones de cobertura y negocios. Esto ha generado un coro de quejas por parte de los operadores.
Resulta que muchos esperaban comprar a precios más bajos en noviembre, anticipando el fin del “dólar soja.” Sin embargo, se encontraron con que los precios se dispararon, lo que no solo afecta a algunos operadores, sino que también desbarata la planificación financiera y la cobertura de precios, aspectos fundamentales en los mercados de futuros. Además, el contrato de noviembre se utiliza ampliamente para estrategias de cobertura y negocios, lo que significa que un cambio en la política monetaria complica todo el esquema para los operadores.
También es importante mencionar que esta medida ha encarecido el costo financiero de operar en futuros, ya que las diferencias diarias basadas en el movimiento de los precios, que los operadores deben actualizar a diario en el mercado de futuros (Matba-Rofex), han experimentado un aumento significativo.
Por último, a los exportadores tampoco les sienta bien el aumento del precio, ya que argumentan que sus márgenes son ajustados y que el tipo de cambio al momento de la venta no es lo suficientemente competitivo. En tal sentido, para calcular el valor en pesos de la soja, se debe tomar el precio de referencia en dólares base (conocido como FOB, que actualmente es de u$s516). De este precio, el 70% se liquida al tipo de cambio oficial y el 30% en el Contado con Liquidación. Aunque los exportadores alegan tener márgenes reducidos, el cálculo de los ingresos se basa en una fórmula que incluye retenciones, gastos comerciales y operativos, todos calculados a la tasa de cambio oficial (alrededor de $350), lo que sugiere que los compradores podrían estar en una mejor posición de lo que inicialmente parece.