Bajo la lupa

Edery, de acusador a acusado por sus propios compañeros

El fiscal aseguró que no cometió ningún delito y consideró que las imputaciones en su contra son una respuesta a sus investigaciones que incomodaron a grupos de poder de la política, la Policía y la Justicia.

El fiscal Matías Edery, en el ojo de la tormenta desde que sus propios pares cuestionaron la forma en que se vinculó con Mariana Ortigala, sospechada de ser testaferro de Los Monos, aseguró que no cometió ningún acto ilegal y que está convencido de que es blanco de un ataque diseñado por actores de la política, la policía y la Justicia, que no le perdonan haber incomodado a sectores de poder con sus investigaciones.

En concreto, los fiscales Miguel Moreno y Pablo Socca le achacan a su colega haberle brindado protección a Mariana Ortigala, la mujer que formó parte del clan del jefe narco Esteban Alvarado y luego fue testigo clave para declarar en un juicio contra su antiguo jefe. “Lo que a mí se me acusa es no haber investigado a Ortigala, en virtud de que ella aportaba información o había sido testigo en una causa contra Esteban Alvarado”, señaló en diálogo con Marcelo Fernández para CNN Radio Rosario.

Edery defendió su actuación al entender que “la situación de Ortigala fue variando: primero se presentó y declaró contra la organización de Alvarado, con lo cual el Estado se benefició, porque a partir de ahí se detuvieron muchas personas, y se empezó a ver un entramado de la organización delictiva más grande que tiene la provincia. Después de eso ella fue víctima: le dispararon 40 tiros, de los cuales le pegaron cuatro”.

“Al ver que el Estado no la protegía, a pesar de estar en el programa de protección de testigos, se había acercado a Guille Cantero. Lo dijo públicamente. En esa situación, lo que hice fue denunciar a otros fiscales para que llevaran adelante estas investigaciones. Por otro lado, al principio, cuando Ortigala se presenta, tenía tanto conocimiento de la organización de Alvarado que nosotros la investigamos. Le intervenimos el teléfono cuatro veces, la mandamos a seguir, le pedimos todas sus comunicaciones… Es decir, hubo una gran tarea investigativa, pero cuando recibe los disparos y pasa a ser víctima, entendimos que a partir de entonces los que la tenían que investigar eran otros fiscales porque para nosotros pasaba a ser víctima. Y presentamos las denuncias, incluso hubo una imputación que le hizo la Justicia Federal para la cual nosotros aportamos muchísima información para que ello ocurriera”, describió Edery.

Y amplió: “Rodrigo Ortigala, el hermano, a quien también yo, según la denuncia, le habría prestado protección, tiene 18 causas abiertas en la Justicia de Rosario. Esas causas las investigan 11 fiscales diferentes. Los únicos que a Rodrigo Ortigala lo imputaron y lo llevaron a juicio, por lo cual recibió condena, fuimos el doctor Schiappa Pietra y yo”.

A la hora de trazar una autocrítica sobre su desempeño, el fiscal reconoció que quizás se equivocó en mantener un trato muy cercano con Mariana Ortigala: “Es muy difícil verlo con posterioridad, hay que verlo en el momento. Si entienden que me excedí en el trato con ella, hay un montón de vías para sancionar mi conducta, muy diferentes a las que se está usando últimamente. Lo que yo seguro no hice fue cometer delitos, y si cometí alguna infracción administrativa para eso está la auditoría”.

Edery dijo estar convencido de que hay motivos de sobra para empujarlo a esta situación que lo puso del otro lado del mostrador: de trabajar de acusador a ser acusado por sus propios compañeros de trabajo. “Hemos investigando y logrado condenar a 35 policías vinculados con organizaciones narcocriminales. Intentamos mostrar los vínculos de la política y de la Justicia con la corrupción del juego clandestino. Avanzamos en causas de lavado de activos contra el poder económico de muchos lugares de la provincia. Es decir, cuestiones generan muchísimo encono, porque eran lugares a los que habitualmente no se llegaba. La Justicia estaba pensada solamente para meter gente pobre que cometía delitos violentos. No puedo dejar de pensar que está impulsado por todos estos factores de poder que nosotros hemos investigado y que evidentemente no quieren que se los investigue más”, dijo.

Enseguida le dedicó un párrafo al emblemático caso del senador Armando Traferri: “Él tiene un enfrentamiento con nosotros. Lo investigamos, sin ningún encono personal, porque consideramos que cometió actos de corrupción, como investigamos a cualquier persona. Pero es evidente que es una persona que no está acostumbrada a que se la investigue, a que se la toque, porque realmente eso es lo que sintió”.

Según su opinión, los ataques que viene sufriendo no provienen sólo de la política: “Hay sectores de la policía que son los que están incentivando la reiteración de notas en mi contra que también tienen que ver con este armado. Yo tengo que preparar un escrito para presentar en la Legislatura en el cual voy a dejar aclaradas todas estas cuestiones con nombre y apellido, como siempre”.

En ese sentido, Edery aseguró que “la política está interconectada” con la tarea del Ministerio Público de la Acusación. “A los fiscales nos eligen los políticos, y lo hacen teniendo en cuenta un montón de cuestiones. Y cuando deben elegir autoridades sobre todo, los políticos intentan poner gente a la que después le pueda cobrar favores. Eso pasa. Por ejemplo, cuando empezamos la investigación contra el senador Traferri, dijo que se iba a presentar ante la Justicia solamente si lo investigaba el fiscal (Miguel) Moreno. Y Moreno es el que me termina denunciando”, apuntó.

Consultado sobre qué espera al cabo de este proceso, consideró que el resultado “va a ser difícil”. Y concluyó: “Si sigo teniendo ganas de trabajar de esto, lo voy a seguir haciendo. Eso tiene que ver con mis convicciones. Creo que si hay algo para que pueda salir bien de esto, tiene que ver con, como decía Arlt, la prepotencia del trabajo. Si encuentro la motivación para seguir, voy a seguir investigando lo que me toque”.