El enfrentamiento entre hinchas de Rosario Central y Peñarol durante el partido de Copa Libertadores de América ha generado un revuelo internacional. Las imágenes de vallas de seguridad siendo arrojadas y la respuesta con bengalas por parte de los uruguayos han dado la vuelta al mundo. En medio de esta polémica, desde la provincia de Santa Fe se apunta a la Conmebol, señalando que esta entidad no quería efectivos policiales en las tribunas, aunque también se reconocen errores propios en el operativo de seguridad.
En una entrevista exclusiva con CNN Radio Rosario, el director de Seguridad en Eventos Masivos, Fernando Peverengo, detalló los desafíos enfrentados durante el partido. Según Peverengo, los focos de conflicto se concentraron en el interior del estadio Gigante de Arroyito, especialmente en la parte alta, donde se desbordó la disposición de las vallas de seguridad y la seguridad privada.
La intervención de la policía fue necesaria para restablecer la normalidad, aunque se plantea la incertidumbre sobre la autorización de la Conmebol para el despliegue de efectivos durante el segundo tiempo. Peverengo admitió fallas en el operativo y explicó la decisión de no utilizar la malla histórica para proteger a los hinchas visitantes, argumentando que se confiaba en que las vallas proporcionarían la distancia necesaria para garantizar la seguridad.
El director de seguridad anunció medidas para identificar a los responsables de arrojar las vallas y la piedra contra el jugador de Peñarol, Maxi Olivera, incluyendo la revisión de las filmaciones y la solicitud de imágenes de las cámaras del club.
La crisis en el Gigante de Arroyito durante el encuentro entre Rosario Central y Peñarol ha dejado en evidencia la complejidad de garantizar la seguridad en eventos deportivos de alta convocatoria, así como la necesidad de una coordinación efectiva entre autoridades locales y entidades deportivas internacionales como la Conmebol.