Chile (38%) y Uruguay (36%) son los países con mayor cantidad de chicos que realizan sus trayectorias escolares en tiempo y forma. Mientras que en el otro extremo están Argentina (22%), Colombia (19%) y Paraguay (11%).
Solo 22 de cada 100 chicos argentinos de 15 años transitan su escolaridad en tiempo y forma, es decir, sin repetir ni abandonar, y con el nivel esperado de desempeño en Matemática y Lectura, según los resultados de la prueba PISA 2022. Este indicador coloca a Argentina por detrás de los resultados educativos de otros países de la región como Chile y Uruguay.
Los datos surgen del informe “Índice de Resultados Escolares: comparación entre países de América Latina”, del Observatorio de Argentinos por la Educación, con autoría de Martín Nistal, Eugenia Orlicki, Leyre Sáenz Guillén y Víctor Volman (Observatorio de Argentinos por la Educación). El Índice de Resultados Escolares (IRE) mide la proporción de adolescentes de 15 años que realizan su escolaridad en “tiempo y forma”, es decir, sin repetir ni abandonar y alcanzando al menos el nivel 2 en Lectura y Matemática en las pruebas PISA 2022 (considerado el desempeño mínimo esperado).
El informe compara los datos de 8 países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Paraguay, Perú y Uruguay. El IRE fue construido utilizando las encuestas de hogares de los distintos países y las pruebas PISA. De las primeras se obtuvieron los niveles de asistencia escolar por edad, y de las pruebas PISA se analizaron los niveles de sobre edad y la proporción de estudiantes que alcanzan los niveles adecuados de Lectura y Matemática.
De los países analizados, el mejor Índice de Resultados Escolares se encuentra en Chile, donde 38 de cada 100 chicos de 15 años realiza su escolaridad en tiempo y forma, seguido por Uruguay, con 36 de cada 100. Más atrás quedan Perú (28 de cada 100), Brasil (23 de cada 100) y México (23 de cada 100). Argentina (22 de cada 100) solo supera a Colombia (19 de cada 100) y Paraguay (11 de cada 100).
El informe muestra que en Argentina creció la proporción de chicos de 15 años que asisten a la escuela: pasó del 90% en 2009 al 97% en 2022. También aumentó la proporción de chicos de 15 años que cursan su escolaridad en el tiempo teórico esperado: pasó de 56 de cada 100 en 2009, a 81 de cada 100 en 2022. Sin embargo, al incorporar al índice los niveles de desempeño (medidos por PISA), los resultados empeoran: la cantidad de chicos que realizan su escolaridad en tiempo y forma cayó de 26 de cada 100 en 2009, a 23 de cada 100 en 2012 y 2018, a 22 de cada 100 en 2022.
Las tasas de asistencia a la escuela de los chicos de 15 años varían entre los países analizados. Chile (98%), Argentina (97%), Brasil (96%) y Uruguay (95%) tienen las tasas de asistencia más altas de la región: prácticamente el 100% de los chicos de 15 años asisten a la escuela. Más atrás se ubican Perú (93%), Paraguay (89%) y Colombia (86%). Los niveles más bajos de asistencia se registran en México (77%).
“El Índice de Resultados Escolares tiene la virtud de integrar tres dimensiones clave para evaluar el estado de un sistema educativo: el acceso, la eficiencia interna y los resultados de aprendizaje. Este ejercicio nos permite ver que otros sistemas educativos de la región con tasas de ‘llegada a tiempo’ similares o incluso peores que la nuestra logran producir una mayor proporción de estudiantes que no solo cumplen con la trayectoria teórica sino que alcanzan una vara común de resultados de aprendizaje. Esto debería hacernos reflexionar sobre las expectativas de aprendizaje que existen en nuestro sistema educativo”, señala Nicolás Buchbinder, especialista en análisis de datos en educación (Universidad de Colorado Boulder).
El documento también compara las tasas de sobreedad, es decir, cuántos estudiantes tienen una edad mayor a la esperada para el grado/año en el que se encuentran. En Argentina, el 81% de los chicos de 15 años realizan su escolaridad sin repetir, ni abandonar, ni entrar tarde al sistema educativo. En Chile (79%) y Brasil (79%) las cifras son un poco más bajas, seguidos de Perú (77%), México (69%), Paraguay (69%), y Uruguay (59%). Los niveles más altos de sobreedad se encuentran en Colombia, donde solo el 53% de los chicos de 15 años se encuentran en el año escolar esperado.
Irene Kit, presidenta de la asociación civil Educación para Todos, asegura: “Dado el punto en el cual estamos en Argentina, la manera de mejorar este indicador es incrementar desde la educación primaria en adelante las situaciones de resolución de problemas con saberes matemáticos propios de la vida cotidiana en la sociedad; asimismo desarrollar una estrategia coherente y sistemática desde inicial hasta secundaria, que permita a los estudiantes leer para comprender, aprender y actuar. Exigencia y apoyo son dos caras de la misma moneda en la dinámica del sistema educativo”.
Los autores del informe explican que aunque habitualmente se utilizan pruebas estandarizadas como las PISA para comparar los rendimientos académicos de estudiantes de distintos países, estas no consideran los niveles de asistencia y el tiempo necesario para alcanzar dichos resultados. El Índice de Resultados Escolares permite incorporar estas variables de acceso para lograr una comparación más justa entre países.
Martín De Simone, especialista en educación del Banco Mundial, explica: “El Índice de Resultados Escolares es una herramienta valiosa para entender, en perspectiva comparada, los niveles de acceso y aprendizaje en las escuelas de América Latina. Al observar la proporción de alumnos de 15 años que asisten a la escuela sin haber repetido ni empezado tarde, Argentina ha mostrado mejoras y se posiciona como el país con el valor más alto de la región. No obstante, al analizar cuántos de estos estudiantes adquieren los conocimientos esperados para su edad, Argentina es superada por cinco de los ocho países incluidos en el estudio. El hecho de que el valor sea tan bajo a pesar de las relativamente altas tasas de acceso evidencia que la escuela argentina está en crisis y no cumple con su función principal: asegurar el aprendizaje de los estudiantes”.
“Este índice tiene una triple importancia. Por un lado, significa un aporte al conocimiento de los sistemas educativos porque integra varias dimensiones en un solo indicador. Por el otro, permite comparar la situación de Argentina con la de otros países; en este caso, de América Latina (lo cual, a su vez, tiene su propia relevancia ya que el análisis es sobre sistemas “comparables”). Por último, es importante por lo que nos dice: en la región el desempeño es bajo y en Argentina es más bajo aún. Incluso con niveles de cobertura similares a Chile y Uruguay, los escasos logros en los aprendizajes colocan al país en una situación muy desfavorable”, indica Alejandro Morduchowicz, especialista en planeamiento educativo.