Después de la media sanción que obtuvo el proyecto de ley de Movilidad Jubilatoria en Diputados -y que fue girado al Senado-, la tensión volvió a avivarse este miércoles ante el anuncio de que Javier Milei vetará la iniciativa si se aprueba.
Durante su discurso de clausura en el Latam Economic Forum 2024, celebrado en Parque Norte, el presidente Milei enfatizó su postura: “Cada vez que los degenerados fiscales de la política quieran ir a romper el equilibrio fiscal, se los dije antes, lo digo ahora: les voy a vetar todo, me importa tres carajos”.
Pero pese al deseo del Presidente, la herramienta del veto tiene un límite fijado por la Constitución. “Desechado en todo o en parte un proyecto por el Ejecutivo vuelve con sus objeciones a la cámara de origen. Esta lo discute de nuevo y si se confirma por mayoría de dos tercios de los votos, pasa otra vez a la cámara de revisión. Si ambas Cámaras lo sancionan por igual mayoría, el proyecto pasa al Ejecutivo para su promulgación”, explica la Carta Magna.
Si Milei veta la Movilidad Jubilatoria, el proyecto va a volver a Diputados. Si la cámara Baja no acepta el veto y junta dos tercios a favor, la iniciativa se moverá al Senado. Si en el Senado se repite el mismo escenario, el Ejecutivo deberá promulgar la ley.
La mayoría lograda por la Cámara de Diputados, 160 votos a favor, 72 en contra y ocho abstenciones, hace imaginar que, con una aprobación del Senado con un escenario aun más adverso para LLA, puedan rechazarlo con las mayorías que establece la Constitución Nacional.