El ex alcalde de Medellín, Sergio Fajardo, compartió las experiencias de cargos que alguna vez ocupó en Colombia, tanto como alcalde, como gobernador y también su trayectoria como candidato presidencial; acerca de la transformación de la ciudad, de encontrar puntos de quiebre para relanzar, innovar y ponderar las inquietudes que tiene la ciudadanía.
“Vengo a propiciar la capacidad de trabajar juntos, en equipo, fácil de decir pero complicado por hacer”, comenzó Fajardo.
¿Rosario está en un momento justo de transformación fácil o es complejo?
Cuando las cosas se dan de manera natural no se habla de transformaciones. Rosario ha pasado por altibajos, una asociación con violencia que permite buscar nuevas alternativas y que convierte en una oportunidad para buscar nuevos caminos, para repensarse para encontrarse. Es una situación compleja e interesante pero nada del otro mundo, está todo a disposición también para que pasen cosas muy buenas. Pero para eso hace falta trabajar en equipo, trabajar juntos y eso es lo más importante y a la vez más complejo. Requiere liderazgo de los gobernantes, la capacidad de convocar a otros sectores y crear un terreno común donde se puedan encontrar y mostrar lo que se pueda mostrar.
“Rosario ha tenido un poco el espíritu abajo, la asociación con violencia, etc, pero por lo que veo tiene todas las posibilidades a la mano”.
Rosario y Medellín no tienen nada en común, no es comparable. “Ojalá lo que pasa aquí en Rosario hubiera pasado allá”. Medellín pasó la hecatombe, la barbarie y la tarea era muy distinta. Pero hay algunos puntos en común. Es justo que se movilicen las fuerzas, como integrarse. Comparar Rosario y Medellín no tiene ningún sentido. Las circunstancias eran muy diferentes.
La corrupción es el peor cáncer que tienen las sociedades, silencioso en muchos aspectos y hace mucho más daño que muchas veces la violencia en términos físicos porque permea diferentes instituciones de la sociedad y posibilita muchas de las acciones que uno tiene que hacer y cada vez que se roban algún peso se lo están robando a los más pobres.
Violencia y corrupción son los dos factores que más afectan a la pobreza de una sociedad. Y hay en todos lados, ahora mismo en Colombia hay casos de corrupción pero no se puede ser complacientes, no se puede aceptar.
Y los políticos son los que toman las decisiones más importantes de la sociedad, en quienes menos se confía y quienes tienen las mayores responsabilidades por eso no se le puede hacer ninguna concesión y afecta muchas cosas como la Policía, la Justicia, el Estado, sector privado y muchos sectores que se confabulan alrededor de esa destrucción silenciosa.
Respecto de las elecciones en Venezuela fue categórico, “Es una dictadura y no se pueden hacer concesiones”. Una dictadura que se disfraza entre comillas de ciertos procesos democráticos, como hacer elecciones, pero eso es una farsa, los resultados a se saben. Pero esa dictadura que ya lleva hace años allá ha cometido una de las injusticias más grandes. “Venezuela es un país rico, que tiene las reservas de petróleo más grandes del mundo y un país con riqueza, expulsar casi 8 millones de personas, a pie, muchos con gran pobreza, con dolor, con humillaciones, no tiene ninguna justificación, es una tristeza lo que ocurre en ese país”
Colombia recibió más de 2 millones de venezolanos. Lo que está ocurriendo allí no tiene ninguna presentación, esperemos que haya un buen final aunque es muy difícil porque es una estructura montada en el poder, como lo ha hecho Nicaragua, otra barbaridad instalada en América Latina, arropada bajo la expresión de ser de izquierda pero es corrupción, destrucción y atraso.