La oficina de Narcocriminalidad del Área de Investigación y Litigio de Casos Complejos de la Unidad Fiscal Rosario formalizó una investigación contra Jonatan Raúl Brezik, un referente de la banda de Los Monos que cumple tres condenas, a quien le adjudicaron ordenar desde la cárcel el tráfico y comercio de estupefacientes en la zona oeste de la ciudad, con la utilización de métodos de tortura a miembros de su organización que mandaba a filmar para adoctrinar al resto de los integrantes.
En la audiencia de formalización realizada la semana pasada ante el juez de garantías Eduardo Rodríguez Da Cruz y bajo los alcances del Código Procesal Penal Federal (CPPF), los fiscales coadyuvantes Franco Benetti y Santiago Cruz Alberdi expusieron las evidencias para sostener la imputación, que también incluye a otros dos presuntos colaboradores de Brezik. Se trata de Martín Gonzalo Ramírez y una joven cuya identidad se resguarda porque tenía 16 años al momento del hecho, quien no concurrió a la citación y, en consecuencia, se ordenó su captura.
Brezik, alías “Gordo”, de 38 años, tiene vínculos con la banda narcocriminal de Los Monos, y cumple dos condenas por narcotráfico, a 13 y 17 años de prisión, y otra a 22 años por instigar un homicidio.
Según la investigación del MPF, los otros dos acusados -Ramírez y la adolescente- cumplían en la calle las órdenes impartidas por Brezik desde la Unidad Penitenciaria Federal N°7 de Resistencia, provincia de Chaco, donde estuvo alojado hasta que se ordenó su traslado a la cárcel de Ezeiza.
Los fiscales Benetti y Alberdi imputaron a Brezik como organizador de la comercialización de estupefacientes, agravado por haber sido cometido con violencia e intimidación, servirse de menores de 18 años y la intervención de tres o más personas, en carácter de autor, en concurso real con amenazas coactivas agravadas por el uso de arma, en carácter de coautor, e instigador de lesiones doblemente agravadas por ser cometidas con ensañamiento y hacia una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género.
Respecto del accionar del Ramírez, los representantes del MPF lo acusaron por dos de los delitos: como coautor de las amenazas coactivas agravadas por el uso de arma, en concurso real con lesiones doblemente agravadas por ser cometidas con ensañamiento y hacia una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género, pero en carácter de autor.
De acuerdo a la presentación fiscal, a Brezik le adjudicaron nuevos hechos de “organización de tráfico ilegal de estupefacientes en la modalidad de comercio en las inmediaciones de barrio Gráfico, al menos entre febrero y diciembre del 2023, agravado por ser realizado con violencia e intimidación, por la intervención de tres o más personas en forma organizada y sirviéndose de menores de edad”, expusieron Benetti y Cruz Alberdi ante los dos imputados que participaron de la audiencia a través de la plataforma Zoom desde sus lugares de detención.
Según la hipótesis fiscal, Brezik ordenaba la compra del material estupefaciente a personas que él apuntaba, y a quienes les brindaba el dinero; los instruía sobre el fraccionamiento de las dosis para la comercialización, que se armaban en “combos” o “tandas”; su traslado a los puntos de venta; la vigilancia; y coordinaba los turnos de los vendedores de droga y la contabilidad del dinero recaudado. Además, disponía borrar contenidos de los teléfonos celulares que podrían comprometerlo en futuras investigaciones.
El juez Rodrígues Da Cruz dio por formalizada la audiencia bajo la calificación legal planteada por los fiscales, y ordenó la prisión preventiva por 90 días paras los dos hombres imputados, el mismo plazo que había solicitado el MPF.
Videos de torturas para adoctrinar
Los fiscales expusieron que Brezik tenía un macabro método de amedrentamiento hacia los integrantes de su propia organización: hacía grabar videos que luego difundía, con escenas de torturas.
“Se valía de amenazas y sometía con violencia física a los propios integrantes del grupo que comandaba. Los grababan para exhibir esos videos a los demás miembros como forma de adoctrinamiento”, advirtió Benetti sobre esta metodología.
Incluso, en la audiencia se reprodujo uno de esos videos, obtenido de la extracción forense de uno de un celular que aparentemente se utilizaba en un puesto de venta.
En las imágenes exhibidas por los fiscales se observa que, bajo las órdenes de Brezik, quien estaba conectado a través de una videollamada con la adolescente imputada, el otro acusado, Ramírez, golpea, patea y le aplica descargas eléctricas con una picana eléctrica en diferentes partes del cuerpo, rostro y cuello, a una mujer joven que trabajaba para la organización, con claros fines disciplinarios. También la amenazó con disparar contra sus familiares y usurparles las viviendas.
Ese hecho ocurrió el 5 de febrero de 2023 en una casa ubicada en Alberto Gabetta al 8700 de Rosario. En el registro, se escucha a Brezik decirle a la víctima: “¿Cuántas veces conociste el lado bueno conmigo? Ahora conociste el lado malo, ahora estás obligada a trabajar a la fuerza, y el día que no vayas, le doy un tiro en la boca a tu pariente y le saco la casa, ¿escuchaste?”.
En otro tramo de la grabación, insiste: “Viste todos los videos, vos a mí me faltas el respeto…la otra vez estábamos apurados, te me fuiste a una plaza, te me fuiste a la otra, ¿me entendés lo que te digo?”. Y luego indagó a la joven que filmaba: “Contale vos (nombra a la imputada) qué le pasó a este pibe”, a lo que la adolescente respondió: “Le descargaron un cargador de ocho tiros en todo el cuerpo”.
Cuando se reprodujo el video durante la audiencia, Ramírez comenzó a reírse, lo que se vio en una pantalla instalada en la sala, que lo mostraba por Zoom desde su lugar detención. Esa conducta le valió un enérgico llamado de atención del juez Rodríguez Da Cruz, quien le ordenó cesar con la burla.
Al analizar esa situación, en el marco de la audiencia, los fiscales aportaron su mirada. “El hecho fue realizado en un contexto de violencia de género dado el especial entorno sociocultural, de vulnerabilidad física, psíquica y económica de la mujer, que se desempeñaba en el eslabón más bajo de la cadena de comercialización de una organización liderada y controlada por un hombre. No tenía ningún tipo de decisión y estaba supeditada a la amenaza permanente y despliegue de violencia continuada por parte de los demás integrantes”, señalaron.
Un crimen narco, el inicio de la pesquisa
El fiscal apuntó que la investigación preliminar comenzó a partir de la comunicación con el Ministerio Público de la Acusación (MPA) de Santa Fe tras el homicidio de Susana Haydee Mena, de 27 años, ocurrido el 10 de enero pasado.
La víctima tenía signos de haber sido golpeada y baleada, y estaba atada de pies y manos dentro de una bolsa de arpillera en una casa usurpada en Magaldi al 8800, barrio Gráfico, un sitio dominado por Brezik. Según los primeros indicios, la principal hipótesis del crimen fue que había sido motivado por una venganza narco.
A partir de ello, la oficina de Narcocriminalidad de la Unidad Fiscal Rosario comenzó a trabajar de manera conjunta con el MPA provincial. De las actuaciones se desprendió que la organización criminal liderada por Brezik estaría ejerciendo violencia extrema en el barrio, usurpando domicilios, amedrentando personas, cometiendo homicidios y vendiendo ilegalmente droga al menudeo.
En ese marco, se ordenó allanar la celda de Brezik en el penal de Chaco, donde se secuestró un cuaderno con anotaciones y un teléfono celular. Al analizarlos, el MPA comenzó la pesquisa de al menos tres homicidios perpetrados en inmediaciones de calle Agustín Magaldi entre el 8700 y 8900, los cuales estarían conectados entre sí. Las víctimas, además de Mena, eran Francisco Clementino García y Soledad Ferreyra.
Al conectar las investigaciones, se solicitó a la Dirección General de Análisis Criminal y de Planificación Estratégica de la Persecución Penal (DAC) del MPF un relevamiento de hechos vinculados al narcotráfico, lo cual aportó datos de interés. En concreto, se determinaron casos de flagrancia en trámite ante la Justicia Federal relacionados con la hipótesis investigativa.
Uno de ellos fue un procedimiento realizado el 16 de febrero de 2023 donde se halló material estupefaciente en un inmueble de calle Jacobacci 9000. Allí se secuestraron 87 gramos de cocaína, 217 gramos de marihuana, elementos destinados al fraccionamiento (dos balanzas), cinco teléfonos celulares y una caja de cartuchos calibre 38 sin municiones. Y se produjo la aprehensión de Ramírez y de tres jóvenes mujeres, entre ellas la adolescente de 16 años también imputada en esta causa.
De la extracción forense realizada sobre los teléfonos surgió que bajo las órdenes Brezik, la adolescente de 16 años organizaba el acopio, fraccionamiento, distribución y venta de estupefaciente. La adolescente era auxiliada por Ramírez, y coordinaban a por lo menos otras doce personas en distintas actividades, como la venta, vigilancia y la limpieza de los puntos de venta de drogas en domicilios que pertenecen a Brezik y se alquilaban.
Más evidencia
Otro procedimiento que nutrió la investigación se realizó el 22 de noviembre de 2023, cuando personal policial fue comisionado a una propiedad de la calle Magaldi al 8700 por detonaciones de arma de fuego y, al llegar, constataron que habían baleado el frente de una vivienda donde se encontraban dos mujeres.
Al registrar el techo del domicilio, se secuestró una caja de pistola Bersa que en su interior contenía 84 envoltorios de cocaína, y se secuestraron cinco teléfonos. Del análisis de uno de esos móviles, se constató que una de las mujeres cumplía el mismo rol que tenía la imputada de 16 años, es decir, acopio, fraccionamiento, distribución y venta de droga, todo bajo expresas órdenes de Brezik.
También coordinaba un grupo de al menos otras 14 personas en las mismas actividades relacionadas al negocio ilegal de la venta de estupefacientes. Un tercer hecho que se le atribuyó a Brezik también es un procedimiento de flagrancia del 25 de diciembre de 2023.
Ese día, personal policial fue convocado porque un hombre estaba efectuando detonaciones con un arma de fuego. Al llegar, a la vereda de una casa en la calle Bernheim al 8700, se demoró a tres personas -una mujer y dos hombres- que intentaron escapar y a quienes se les secuestró una bolsa con 247 envoltorios de cocaína y dos de marihuana.
Además, los fiscales citaron que en un allanamiento realizado el 30 de octubre pasado en una de las viviendas donde se concretaron las torturas, se secuestró una picana, elemento que formó parte de la evidencia expuesta relativas a las amenazas y lesiones descriptas.