La edila justicialista, Julia Irigoitia, trabajó el proyecto en conjunto con la Defensoría de los Derechos de las Personas Mayores, el Foro de la Tercera Edad y la FRAPAM. Hasta hoy, para quienes pasaran los 70 años, el trámite tenía un costo de 27.978,40 pesos y el permiso para conducir una duración de un año.
A través de la aprobación de esta ordenanza, el pago será proporcional a la vigencia del carnet, buscando que las personas jubiladas y las personas mayores paguen lo que corresponde en concepto de tasa municipal, proporcionalmente al tiempo de vigencia de la licencia.
Irigoitia se refirió al respecto: “La situación anterior no resultaba justa ni equitativa, teniendo en cuenta que se equiparaba el costo del componente municipal para quienes debían renovar su licencia, con independencia del tiempo de validez por la que se otorgaba. Además, esta situación se veía agravada porque quienes debían soportar este mayor costo son personas mayores, en muchos casos jubilados y jubiladas”.
“En función de esa situación, consideramos que es más justo, equitativo y necesario, que el sellado municipal para la obtención o renovación de la licencia nacional de conducir, se disminuya porcentualmente en relación con sus años de validez”, remarcó Julia Irigoitia.
Además de buscar cuidar el bolsillo de los jubilados, tener el carnet de conducir es para las personas mayores una posibilidad de mayor autonomía, otro de los objetivos es concretar un criterio que resulte coherente, para que el monto de la renovación se corresponda con la vigencia de la licencia.
