
En una ciudad donde cada vez más personas eligen moverse en bicicleta, la red de ciclovías de Rosario alcanza los 205 kilómetros. Sin embargo, su estado general, conectividad y seguridad están en revisión. Esta semana, la comisión de Obras Públicas del Concejo Municipal otorgó despacho favorable a un decreto que encomienda al Departamento Ejecutivo municipal realizar una revisión integral del sistema de bicisendas y ciclovías.
Tres serán los criterios principales de análisis:
- Nivel de conectividad entre tramos
- Estado de mantenimiento de la infraestructura existente
- Seguridad para los usuarios
La iniciativa fue impulsada por la concejala radical Anahí Schibelbein, quien explicó que desde febrero se vienen trabajando distintas propuestas para actualizar el Plan Integral de Movilidad de la ciudad, vigente desde 2010.
“Nosotros desde el mes de febrero hemos presentado diferentes iniciativas con el propósito de empezar a trabajar en un nuevo plan integral de movilidad que ya lleva 15 años desde su discusión e implementación”, señaló Schibelbein.
Uno de los objetivos de aquel plan original era fomentar la movilidad activa, como el uso de la bicicleta. Pero hoy, según la edila, muchas de las infraestructuras existentes presentan serias deficiencias.
“Vemos que hay trayectos sin ciclorruta o tramos muy cortos que no empalman con ninguna otra bicisenda o ciclovía. Por ejemplo, la de calle Rioja en el microcentro arranca en Laprida y termina en Corrientes. Son solo 7 u 8 cuadras y después se corta”.
En términos de mantenimiento, el diagnóstico es igual de preocupante. La concejala mencionó el caso de la bicisenda de calle San Martín, entre Virasoro y Ayolas, donde hay pavimento roto, señalización deficiente y mobiliario urbano que obstaculiza el paso.
“Muchas veces los peatones caminan sobre la bicisenda porque no está señalizada correctamente”, remarcó.
En cuanto a la seguridad, la revisión apuntará a detectar la falta de separadores físicos, problemas con calles estrechas y congestionadas, y pavimento inadecuado para bicicletas.
“Antes de seguir avanzando en la construcción de ciclovías, es importante parar la pelota, analizar el estado de situación y ver qué hay que mejorar. Hay ciclovías que habría que quitar o trasladar. Para mí, por ejemplo, la de calle Rioja no tiene ningún sentido”.
El decreto también solicita priorizar la revisión de tres sectores clave:
- Avenida San Martín, entre bulevares Seguí y 27 de Febrero
- Bulevar Avellaneda, en su intersección con Av. Carballo
- Calle Rioja, entre Buenos Aires y Corrientes
Se propone, además, realizar obras de mejora donde sea necesario para garantizar la calidad y seguridad del sistema.
En paralelo, se otorgó despacho a una ordenanza que incorpora de forma permanente las “ciclovías temporales” creadas durante la pandemia, en base a la ordenanza Nº 10.041. Estas representan aproximadamente el 50% del total de ciclovías de la ciudad. A partir de ahora, deberán ser construidas y señalizadas según los estándares del Plan Integral de Ciclovías, dispuesto en la ordenanza N.º 7.563.
Esta iniciativa fue presentada por el edil Fabrizio Fiatti (Arriba Rosario) y acompañada por la presidenta del Concejo, María Eugenia Schmuck, junto a Verónica Irizar, Mónica Ferrero y Susana Rueda.
Para Schibelbein, avanzar hacia una ciudad más amigable con el uso de la bicicleta no es solo una cuestión de infraestructura, sino también de cultura vial:
“Rosario tiene grandes intenciones de ser más amigable con la bicicleta. Se ha avanzado mucho desde 2010, pero todavía nos falta. No solo desde el Estado, sino también en la conciencia de los vecinos que usan el auto particular. No invadir ciclovías y respetar a quienes se trasladan en bici también es clave”.