Tras las pintadas ofensivas en la sede de Fundación Libertad, donde se aludió al intendente Pablo Javkin y al presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, el mandatario local condenó con firmeza el hecho y llamó a cuidar la convivencia democrática. “El odio siempre termina mal. No jodan con Rosario”, advirtió en la antesala del Día de la Bandera.
La mañana del lunes sorprendió a Rosario con un hecho que, aunque menor en apariencia, encendió alarmas profundas: la fachada de la Fundación Libertad, en Mitre al 100, apareció cubierta de pintadas con mensajes agresivos dirigidos al intendente Pablo Javkin y al juez Horacio Rosatti, presidente de la Corte Suprema. En plena semana de la Bandera, en una ciudad que transita una compleja recuperación del tejido social, el acto no pasó inadvertido.
Consultado por la prensa, Javkin respondió con un tono firme y emotivo. “Lo que no hay que traer a Rosario es el odio, el insulto, las características que ha asumido la política nacional, sobre todo en Buenos Aires. El odio siempre termina mal”, dijo, con la Bandera celeste y blanca ondeando detrás de sus palabras.
“Esta es una ciudad que está saliendo de un período donde la marcó la violencia. A eso no vamos a volver. No se lo vamos a permitir a nadie, no importa lo que piense”, continuó. En su mensaje hubo espacio para la diferencia política, pero no para los agravios. “Cada uno puede valorar un fallo judicial como le parezca. Pero odio y violencia en esta ciudad, no”, sentenció.
El ataque fue interpretado por el intendente como una advertencia, más aún cuando se avecina el acto central por el Día de la Bandera, uno de los eventos cívicos más significativos para Rosario. “Espero que a nadie se le ocurra arruinar el ese día histórico. Es el acto más sagrado que la ciudad tiene. El Día de la Bandera no se toca. No jodan con Rosario”, expresó sin rodeos.
La denuncia por las pintadas ya fue radicada y se espera que las cámaras de seguridad de la zona aporten elementos para dar con los responsables. Mientras tanto, la sede de la Fundación Libertad, uno de los espacios de pensamiento liberal más reconocidos del país, permanece custodiada y con su entrada parcialmente cubierta.
“Cuesta mucho empezar a vivir de nuevo en Rosario. Que la gente pueda volver, que el país hable de Rosario por cosas lindas, por su música, por su talento. Esa es la Rosario que queremos. Y estoy seguro de que es la Rosario que quieren todos los rosarinos de bien”, cerró Javkin.
En un clima atravesado por tensiones políticas y fallos judiciales de alto voltaje, la ciudad apela a su historia, a su símbolo máximo y a la cordura para no retroceder en el camino que lentamente viene construyendo: el de La Paz.
