
El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina advirtió que el 50% de los argentinos sufre estrés económico, un fenómeno que afecta a todos los estratos sociales, aunque con diferente intensidad. El informe, basado en la Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA), destaca que entre 2022 y 2024 se profundizó especialmente entre los sectores medios y no pobres por ingresos.
La UCA define el estrés económico como la percepción de que los ingresos del hogar no alcanzan para cubrir consumos básicos ni permiten generar ahorro. Esta condición no necesariamente coincide con los niveles de pobreza medidos por ingresos, lo que sugiere que “la insuficiencia económica no se explica sólo por el umbral monetario”, según señala el estudio.
El análisis histórico muestra que el estrés económico fue más persistente que la pobreza por ingresos. Por ejemplo, entre 2011 y 2013, cuando la pobreza rondaba el 19%, el estrés económico afectaba al 41% de la población. En 2015 descendió levemente, pero volvió a crecer a partir de 2017. En los últimos años, ambos indicadores aumentaron, aunque el estrés económico lo hizo en mayor proporción.
Otro dato relevante es que el 30% de los pobres y hasta el 14% de los indigentes no perciben estrés económico, lo que sugiere que la experiencia subjetiva no siempre coincide con las mediciones oficiales. En contraste, muchos hogares no considerados pobres sí manifiestan estrés económico, lo que revela la necesidad de una mirada multidimensional de la pobreza, que contemple no solo ingresos, sino también acceso a derechos y redes de contención.