
La tensión de los gobernadores con Javier Milei no tiene vuelta atrás. El Presidente no quiere sumar fondos para las provincias y para evitarlo, si es necesario, está dispuesto a bloquear una vez más el tratamiento del Presupuesto, que deberá presentar el 15 de septiembre. El plan, esta vez, sería retirar el proyecto si la oposición intenta modificarlo.
Javier Milei no responde
Entre los gobernadores no hay ninguna esperanza de acercar posiciones con la Casa Rosada y por lo tanto buscar más leyes para sumar fondos. “La única forma de evitar las sanciones de los proyectos es que el Gobierno proponga modificaciones. Está claro que no lo hará”, dijo uno de los principales asesores de los gobernadores.
Las reuniones de los mandatarios con los secretarios Carlos Guberman (Hacienda) y Lisandro Catalán (Interior) fracasaron, porque la única propuesta que autorizó Milei es la de transferir responsabilidades sin fondos. La impresión de los mandatarios es que el ministro que corta el bacalao es el de Hacienda, Toto Caputo.
Los gobernadores ni siquiera ven con juego propio al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y al influyente asesor Lule Menem, de diálogo diario con Karina Milei. Nada cambió con la reunión fugaz que ocho de ellos tuvieron este jueves con el ministro coordinador durante la exposición de la Sociedad Rural Argentina.
Estuvieron en el predio de Palermo los gobernadores Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Ignacio Torres (Chubut), Raúl Jalil (Catamarca) y Sergio Ziliotto (La Pampa), Marcelo Orrego (San Juan), Sergio Ziliotto (La Pampa), Gustavo Sáenz (Salta), Carlos Sadir (Jujuy) y el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri.
Todos coincidieron en que fue sólo una foto y los reclamos siguen pendientes. El grupo que se juntó en la exposición agropecuaria representa todos los sectores de la nueva liga de gobernadores. Sáenz y Orrego son los más dialoguistas; Frigerio y Torres, quienes más se involucran en la letra fina de los reclamos.
Ziliotto es el ala más moderada del peronismo que no comulga con la Casa Rosada. O al menos el único de esa fuerza que no asiste a las reuniones con colegas a insultar al Gobierno, sino que prefiere estudiar la letra chica de las negociaciones.
No hay plata
Las chances de un acuerdo entre Milei y los gobernadores son lejanas, porque hasta ahora el Presidente fue enfático: el relato no se negocia. La narrativa libertaria tiene como ejes evitar relaciones carnales con la casta y no gastar más de lo que ingresa. “Nos piden que distribuyamos entre las provincias los ATN, pero cuando haya una catástrofe van a pedir plata”, se quejan en el oficialismo.
En la Casa Rosada sostienen, además que los gobernadores no quieren tomar los compromisos de los fideicomisos, que luego pedirán cumplir con más gastos generales en los presupuestos. “Nosotros estamos dispuestos a darles la Dirección de Vialidad si mantienen las rutas”, anunció Francos en su última visita al Senado.
Esta dependencia fue cerrada como parte de la ley Bases, pero la Justicia obligó a reabrirla. Los gobernadores niegan que haya existido una oferta concreta para traspasar las rutas nacionales al control de las provincias. Aseguran -a través de sus voceros- que el exministro del Interior nunca acercó una propuesta de lo que expuso en el Senado.
Los mandatarios, con sus asesores técnicos, preparan otros reclamos para sumar al Presupuesto, si es que logran que Milei no lo retire antes de discutirlo. Tiene en la mira, justamente, la fuente de financiamiento de la Dirección de Vialidad, que proviene de un impuesto que pagan las aseguradoras. Si el Gobierno no mantiene las rutas, pedirán que esa plata, también, se reparta en las provincias. De esos reclamos habrá muchos. Es parte de una guerra Nación-Provincias que llegó para quedarse.