sin acuerdo, quiebra inminente

El salvataje de Vicentin entra en su etapa final: cramdown, valuación oficial y puja entre poderosos

Cramdown millonario: Empieza la etapa más crítica para el futuro de Vicentin. Ya hay grandes jugadores anotados, el juez activó la valuación oficial y los acreedores pueden firmar a todos o a ninguno.

La agroexportadora Vicentin SAIC encara el tramo más decisivo de su concurso preventivo: el inicio formal del cramdown o “salvataje”, una figura habilitada por el artículo 48 de la Ley de Concursos y Quiebras para evitar la quiebra de una empresa aún sin acuerdo homologado.

Aunque la compañía había conseguido las mayorías necesarias para su propuesta, el juez del concurso rechazó homologarla, dando paso a este mecanismo excepcional. En el expediente, se inscribieron inicialmente 11 empresas, pero solo 4 grupos quedaron como posibles rescatistas tras pagar el millonario depósito exigido de $1.100 millones:

  • Grassi,
  • Bunge,
  • Unión Agrícola Avellaneda,
  • Molinos y Dreyfus (en forma conjunta).

En paralelo, el juez designó como evaluador al contador Juan José López Forastier, del estudio Marinozzi Mazzitelli & Asociados, quien deberá presentar antes del 29 de agosto la valuación de las acciones de Vicentin, teniendo en cuenta:

  • El informe de la sindicatura,
  • Cambios en el activo,
  • Pasivos postconcursales,
  • Y un plus del 4% del activo para cubrir gastos concursales.

Con esa valuación se abre una ventana de 30 días hábiles para que los interesados presenten sus propuestas de acuerdo preventivo. Incluso Vicentin puede competir en esta instancia.

¿Quién gana?

A diferencia de una subasta, no gana la mejor oferta, sino quien primero consiga las conformidades necesarias: mayoría simple de acreedores y dos tercios del capital. La carrera es contra reloj y todo vale: los acreedores pueden firmar a un oferente, a todos o a ninguno. Quedarán ligados a la propuesta ganadora, la hayan firmado o no.

Si la valuación concluye que las acciones no tienen valor positivo, el oferente ganador las recibe gratis. Si tienen valor, deberá pagar lo que diga el juez, salvo que logre un acuerdo directo con los socios de Vicentin por un monto menor.

En cualquier caso, el primer paso será depositar el 25% como garantía y el resto se paga tras la homologación judicial.

¿Y si nadie gana?

Si en esta etapa no hay acuerdo homologado, sea por falta de firmas, impugnaciones o desacuerdos con los accionistas, el juez declarará la quiebra sin más trámite.

La gran incógnita es si la valuación del evaluador coincidirá con las expectativas de pago de los acreedores. ¿Conviene firmar? ¿Mejor la quiebra? Cada acreedor deberá hacer sus propios números: comparar lo que cobraría con la propuesta ganadora contra el probable recupero en una liquidación judicial.

Después de años de idas y vueltas, apelaciones y dilaciones, el concurso de Vicentin entra ahora en la etapa más concreta y definitiva. Y la historia del salvataje agroindustrial más grande del país, está por definirse.