
Ya está. Lo dijo Sabrina Brachetta, subsecretaria de Productividad de la Municipalidad de Rosario: “Esto ya dejó de ser un evento. Es una política pública”. Y en esa frase se condensa el espíritu de un fenómeno que, a fuerza de percheros rebalsados, familias enteras con changuitos y marcas que apuestan por la ciudad, se volvió parte del calendario anual rosarino.
Estamos ante la tercera edición del Outlet Rosario, esa feria que empezó con apenas 16 marcas locales hace exactamente un año, creció a 33 en su segunda edición y hoy reúne a casi 40 emprendimientos e industrias rosarinas. El evento se desarrolla del 6 al 10 de agosto, de 12 a 20 h (el domingo arranca a las 11 para acompañar la Calle Recreativa), y promete volver a batir récords: en marzo pasaron más de 120 mil personas. Y ahora, dicen, esperan muchas más.
“Hace minutos que abrimos y ya había gente haciendo cola afuera. Eso es fantástico”, cuenta Brachetta, mientras termina de supervisar los últimos detalles del montaje. Pero en realidad, esto empezó hace semanas. Porque Rosario ya no espera al outlet: lo anticipa, lo busca, lo exige.
El fenómeno va más allá de los descuentos —que los hay, y son reales—. Es un punto de encuentro. Un paseo entre amigos. Un mimo al bolsillo golpeado. “Sabemos que la situación económica del país es complicada, Rosario no queda al margen de eso. Por eso seguimos apostando a este formato, que potencia a las marcas locales, genera empleo y, al mismo tiempo, le da la chance al consumidor de comprar prendas de calidad a precios accesibles”, explica la funcionaria.
El lugar no solo ofrece indumentaria y calzado, sino también un patio gastronómico con carpas privadas, armado especialmente para disfrutar del paseo. Todo pensado para que el plan sea completo, sin apuros, como quien se toma una pausa entre la crisis y el deseo.
Brachetta insiste: “Esto no es solo un evento comercial. Es una estrategia de desarrollo productivo. Una política pública municipal que va a continuar”. En tiempos donde casi todo parece fugaz, eso suena a declaración de principios. Y, sobre todo, a compromiso.