
El Día del Niño dejó números negativos para la industria del juguete en Argentina. Según datos de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ), las ventas en unidades cayeron 5,2% respecto de 2024, en un contexto marcado por el clima frío, el feriado del viernes 15 de agosto y la menor afluencia de público a los comercios.
Aunque el e-commerce exhibió un crecimiento del 30% y ya representa el 24% del total de operaciones, el canal físico —que concentra el 76% de las ventas— mostró una fuerte retracción. A ello se suma que las promociones bancarias, históricamente clave para estas fechas, perdieron atractivo: apenas explicaron el 70% de las compras, cuando solían superar el 90%, afectadas por las altas tasas de interés y el endeudamiento familiar.
En cuanto al consumo, el ticket promedio en jugueterías de cercanía fue de $13.000, mientras que en las grandes cadenas —donde el 90% de la oferta corresponde a productos importados y licenciados— trepó a $38.000.
Tendencias y categorías
El mercado mostró comportamientos diferenciados. Los juguetes de primera infancia, juegos de mesa y didácticos tuvieron leves crecimientos, mientras que las categorías más castigadas fueron los rodados (-28,5%), las cocinitas y talleres (-29%) y los juguetes a radio control (-42,4%).
Entre las tendencias destacadas sobresalieron el fenómeno global del peluche Labubu, que agotó stock gracias a su viralización en redes sociales; los peluches de capibaras, inspirados en el animal de moda; y la reaparición de Stitch, impulsada por el estreno cinematográfico. También crecieron los juguetes educativos, de ciencia y robótica, así como los juegos de mesa por su valor recreativo y familiar.
Importaciones en alza y alerta por seguridad
El sector enfrenta además el impacto de las importaciones: entre enero y julio de 2025 ingresaron al país 13.752 toneladas de juguetes, un aumento del 114% en volumen y del 84% en valor respecto al mismo período de 2024. La cantidad de importadores también se disparó: de 314 a 565 empresas.
La CAIJ advirtió que la mitad de esas importaciones ingresó a menos de USD 3 por kilo, lo que plantea dudas sobre la calidad y la seguridad de los productos. La preocupación se intensifica por la flexibilización normativa que permite aceptar certificados del exterior con declaración jurada, sin controles exhaustivos de Aduana.
“El juego debe ser seguro. La seguridad de la niñez tiene jerarquía constitucional, y vamos a denunciar a quienes presenten documentación falsa”, advirtió el presidente de la CAIJ, Matías Furió, quien apoyó algunos aspectos de innovación normativa, como el reemplazo del logo de seguridad por un código QR, pero reclamó más fiscalización.
Nace el Observatorio Argentino de Juguetes
En este contexto, la Cámara anunció la creación del Observatorio Argentino de Juguetes (OAJu), integrado por especialistas que se encargarán de monitorear el cumplimiento de la normativa en comercios y plataformas online, otorgar el sello “Juguete Seguro”, relevar riesgos de lesiones junto a pediatras, y fomentar la innovación y el diseño local.
La industria nacional, formada por unas 180 pymes y emprendimientos que generan más de 8.000 empleos, hoy opera al 50% de su capacidad. Según la CAIJ, el sector está en condiciones de competir en rubros como juegos de mesa, didácticos, muñecos y juguetes al aire libre, siempre que se reduzcan los costos impositivos y logísticos.