Baja recaudación

Las ventas de sectores comerciales de Rosario acumulan una caída cercana al 20%

“Estamos en un momento muy complejo”, reconoció Leandro Lopergolo, secretario de Desarrollo Económico de la Municipalidad. Según detalló, las ventas acumulan una caída cercana al 20% interanual, un indicador que refleja de manera contundente el freno en la actividad.

La situación, que se replica en todo el país, golpea con fuerza a los negocios locales y amenaza con extenderse hasta después de las elecciones nacionales del 26 de octubre.

“Estamos en un momento muy complejo”, reconoció Leandro Lopergolo, secretario de Desarrollo Económico de la Municipalidad. Según detalló, las ventas acumulan una caída cercana al 20% interanual, un indicador que refleja de manera contundente el freno en la actividad. “Al comenzar el año había una expectativa positiva, pero se fue diluyendo con el correr de los meses y hoy la realidad es muy preocupante”, explicó.

El retroceso no distingue rubros: alcanza tanto a la industria como al comercio minorista. Si bien la provincia mantiene una fuerte relación con el campo y el sector agroindustrial tuvo un buen desempeño este año, el contexto general desalentó inversiones que se esperaban para la región. “El agro se movió, pero las condiciones actuales frenaron la llegada de nuevos capitales”, señaló el funcionario.

Otro dato que confirma la crisis es la recaudación del Derecho de Registro e Inspección (Drei), tributo que se vincula directamente con la facturación de empresas y comercios. En un corte parcial, la caída interanual se ubica entre el 10% y el 12%. “Todavía falta un mes para cerrar el trimestre, pero las cifras preliminares muestran un retroceso claro. El Drei es un termómetro de la actividad económica y confirma lo que ya vemos en la calle”, advirtió Lopergolo.

El funcionario también apuntó a la incertidumbre política como un factor que paraliza decisiones de inversión y consumo. “Muchos creen que esta situación se va a extender hasta después de las elecciones. El problema es cómo vamos a hacer para llegar hasta esa fecha en un escenario con ventas tan deprimidas”, señaló.

En los comercios, el impacto se traduce en menor circulación de dinero, caída de la rentabilidad y crecientes dificultades para sostener costos fijos. Para la industria, la merma en la demanda complica los planes de producción y obliga a postergar proyectos. “Estamos más acostumbrados a vivir en la imprevisión que en la previsión”, resumió Lopergolo, graficando la inestabilidad que domina al sector.

Con un 2025 que había comenzado con expectativas de repunte pero rápidamente se tiñó de oscuro, el panorama de Rosario refleja un escenario nacional complejo, en el que la actividad económica espera definiciones políticas y señales claras que permitan recuperar la confianza.