
El gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, presentó cifras que marcan un quiebre en la estrategia de seguridad en Rosario y subrayó el funcionamiento de lo que llamó una “nueva policía”.
“En el día de ayer se hicieron siete mil doscientas identificaciones en la calle y cinco mil controles de vehículos y motocicletas. Hubo 78 traslados de personas con antecedentes sospechosos y 47 delitos fueron reprimidos en flagrancia”, precisó el mandatario, destacando la tarea de las fuerzas.
Pullaro sostuvo que detrás de estos resultados está el rediseño de la fuerza y un cambio de cultura dentro de la institución. “Queremos mostrar que hay una policía que funciona cada vez mejor. Durante años se instaló la idea de que el policía era gordo y no podía correr a un delincuente. Hoy la exigencia es otra: pruebas físicas permanentes, reentrenamiento anual y preparación para quienes están en la calle”, afirmó.
El gobernador aclaró que mientras los altos mandos se concentran en la planificación estratégica, logística y operativa, los agentes y suboficiales deben estar en condiciones físicas óptimas para enfrentar el delito. “Un director puede estar excedido de peso, porque no corre a un delincuente. Pero un oficial en la calle tiene que estar preparado para detener y usar la fuerza física si es necesario”, explicó.
Con este enfoque, el Ejecutivo busca consolidar una fuerza policial más profesional, entrenada y cercana al ciudadano. “Esto no es casualidad, es parte de una planificación. Queremos que los santafesinos vean que la policía cambió y que hoy está de pie”, concluyó Pullaro.