En las últimas horas se confirmó un preacuerdo del Gobierno con un país europeo para reforzar el armamento nacional. Argentina firmó con Dinamarca una carta de intención para comprar una veintena de F-16 de la Fuerza Aérea.
Es un preacuerdo entre ambos países. Significa que arreglaron condiciones para adquirir estas naves, equipamiento y armamento. Se estima que la Argentina va a adquirir estas aeronaves con financiamiento provisto de los Estados Unidos, aunque esa cuestión se está terminando de definir.
La decisión política de Joseph Biden de considerar a la Argentina un aliado estratégico en América Latina habilitó que la administración de Javier Milei iniciale hoy con Dinamarca la compra de 24 aviones de combate F16, que permitirán a la Fuerza Aérea iniciar la recuperación de su capacidad bélica que se anuló tras la Guerra de Malvinas.
El presidente se encontró con Jake Sullivan en Washington -consejero de Seguridad Nacional de Biden-, recibió al secretario de Estado Antony Blinken en la Casa Blanca, y su jefe de Gabinete, Nicolás Posse, mantuvo dos reuniones con William Burns, director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), adonde el tema central fue uno solo: China y su ofensiva en América Latina.
Milei aceptó la sugerencia de la Casa Blanca, y a cambio el Departamento de Estado, el Consejo de Seguridad Nacional y el Pentágono ofrecieron una alternativa que implicaba al Reino Unido y a Dinamarca. Argentina podía acceder a 24 aviones F16 -en principio eran 34 naves de combate- que fueron fabricados por Lockheed Martín y estaban en posesión de la Fuerza Aérea danesa.
Los 24 aviones de Dinamarca llegarán a Buenos Aires en los próximos años. Estados Unidos financiará una mínima parte -con 40 millones de dólares- y hoy el ministro de Defensa, Luis Petri, se reunirá con su colega danés Troels Lund Poulsen para iniciar el contrato entre la administración Milei y el gobierno de Dinamarca.
Los aviones F16 significan una mejora sustancial de la capacidad bélica de la Aviación, que es cuasi inexistente desde la caída de Puerto Argentino en 1982. Sin embargo, esa mejora no será un proceso corto y automático: se necesitará de nuevos hangares, entrenamiento y recursos económicos, que en la actual coyuntura son escasos.