“Una devaluación ‘per se’ no te corrige los problemas de Argentina. Ahora claramente vos detrás de la inflación -que corre al 7% mensual desde julio-, tenés precios muy rezagados, con salarios reventados y con un dólar oficial que se está atrasando y que genera todo tipo de distorsiones y escasez de dólares”, explicó en Longobardi por CNN.
En su opinión, lo que están intentando hacer para tratar de administrar esta escasez de dólares es “ir devaluando sectorialmente”, de ahí el dólar soja y ahora el dólar Qatar.
Además, consideró que esta medida “no resuelve” el problema de la escasez de reservas del Banco Central. “Hoy solo viaja un tercio de los que viajaban en 2017 y además el turismo receptivo cambia los dólares en el mercado alternativo, así que no le entran dólares al Banco Central”, argumentó.
Sobre los efectos de corto plazo que va a tener, afirmó que “dependerá de cómo vaya la política cambiaria hacia adelante”, aunque cuestionó que pongan cada vez más impuestos. “En algún momento tenés que ordenar eso y los costos de ese ordenamiento son cada vez más altos”, advirtió en este sentido.
En términos de inversión, paradójicamente este esquema de represión financiera y de brecha de dólar y precios genera un salto en la inversión. “Es el componente que más crece, y está volviendo a niveles de 2018”, precisó; al tiempo que agregó que “la principal duda no es el nivel de inversiones, sino cuál es la productividad de esa inversión y qué pasa con el empleo”.
“Se requiere una estabilización urgente, pero esto no se vislumbra con el horizonte político que tenemos”, concluyó.
