En marzo último lanzó los primeros indicios de su decisión de ser candidato a gobernador de Santa Fe y ya no hubo vuelta atrás. El diputado provincial Leandro Busatto, jefe del bloque Justicialista en la Legislatura, no sólo ratificó en las últimas horas que competirá por la sucesión de Omar Perotti en la Casa Gris sino que le puso fecha a la presentación formal de su candidatura: será en febrero.
“Habrá internas porque nuestro espacio construye una alternativa al gobierno de Perotti. En febrero haremos el lanzamiento de la candidatura”, anunció Busatto en una entrevista con Marcelo Fernández, en el programa «Así estamos», que se emite los domingos a la medianoche por Telefe Rosario.
Busatto, quien juega en la línea interna del peronismo provincial que se referencia en Agustín Rossi, señaló que el gobierno de Omar Perotti “hizo cosas buenas y malas”. A la hora de enumerar las acciones positivas, detalló: “Acertó en lo productivo y también con medidas contracíclicas en medio de una situación económica delicada, como fue Billetera Santa Fe. Reivindicó algunas luchas históricas del peronismo en Santa Fe como el Boleto Educativo Gratuito, tuvo una política industrial acertada y mostró un tratamiento muy responsable y serio de la pandemia”.
La contracara, según Busatto, fue “que no resolvió problemas de gestiones anteriores como el de seguridad; al principio intentó establecer un sistema distinto pero no sólo que no lo logró sino que retrocedió”. Además, aseguró que “le falta un poco más de empatía con el sector laburante; que hoy haya tantos paros en Santa Fe y que la respuesta del gobierno sea siempre la tensión es porque le falta más amor por los trabajadores”. Y remató: “Es un gobierno al que le falta un poco más de ética”.
A la hora de referirse a los problemas de seguridad que atraviesa Rosario pero la provincia en general, el diputado planteó una mirada general: “Santa Fe ha convivido en los últimos 20 años bajo una apariencia de respeto institucional, de convivencia armónica entre los distintos poderes y de total pulcritud respecto de la corrupción. Y eso se ha sostenido como un relato desde Reutemann para acá, como si fuese una provincia modelo. Creo que no fue así. Bajo ese manto de calma institucional se ha tejido una situación de promiscuidad muy fuerte entre la política, la Justicia y algunos sectores de la economía. Eso empieza a tener pus, y cuando alguien toca en alguna parte salta lo que todo el mundo sabía lo que había abajo”.
En esa línea, opinó sobre la situación del Ministerio Público de la Acusación (MPA), que se encuentra en el centro del debate por el sistema de control que ejerce la Legislatura sobre sus integrantes. Busatto se para del lado de los que piensan que se debe reformular el actual régimen disciplinario de los fiscales, pero pide cambios más profundos.
“El MPA se pensó como un órgano que pudiera conducir las investigaciones penales desprovisto de la influencia política. A la luz de los hechos, se ve que no sólo tiene influencia política sino que además el propio MPA quiere tener injerencia política. Entonces se produce un ida y vuelta en la relación política-Justicia, atravesada por una economía relacionada con el delito, que hace que algunas veces sea poco creíble lo que llevan adelante desde la Justicia”, opinó. “Lo que reprocho no es que esto ocurra, porque en algún punto es inevitable; lo que me parece mal es que quienes son parte de este diseño recurran a la Legislatura a reclamar autonomía e independencia”, añadió.
“Cuando el sistema de control sobre el MPA empezó a mostrar signos de agotamiento se intentó hacer una contrarreforma pensando que la política tenía que subordinar las investigaciones a su propio color, y produjo un proceso peor que hoy está agravado. Volver al sistema de disciplina de los fiscales como estaba pensado originalmente en la ley 13013 es un salto al vacío. Lo que existe actualmente es malo pero el remedio que se propone es peor”, planteó el diputado.
Según su punto de vista, “hay que dar una reforma en serio del MPA, hay que abrir el juego para que la sociedad pueda auditar cómo trabajan los fiscales, los defensores y los jueces”. Y amplió: “Hay que buscar un sistema mixto en el que el desempeño del MPA sea observado por los propios fiscales, por la Legislatura y el Ejecutivo, y la sociedad. En este último grupo están incluidos los colegios de abogados, universidades y público en general. Para esto hay que tener decisión política. Aunque reneguemos, para la política y la Justicia es más cómodo el sistema actual porque se cocina todo dentro de una gran olla en la que están la política, la Justicia y el palacio. Hay que salir de esa lógica”.
Alberto, Cristina y la Justicia
Busatto, militante del Frente de Todos, también opinó sobre los convulsionados sucesos de la última semana que tuvieron al presidente Alberto Fernández y a la vicepresidenta, Cristina Fernández, en el centro de la agenda pública.
“Me parece que, para quienes militamos en el Frente de Todos, es esclarecedor escuchar a Cristina. Ella pone un manto de claridad sobre lo que entendemos que ocurre en Argentina y América Latina, que es una mecánica permanente de lawfare, en el que un sector del Poder Judicial trata de arrinconar a la política desprotegiendo nuestras referencias y condicionando. Siempre es importante escucharla. Ella tiene una responsabilidad histórica, que es seguir siendo el factor de aglutinamiento de los distintos sectores del peronismo”, sostuvo.
A pesar de las horas agitadas y de tensión que se vivieron en Buenos Aires, el diputado hizo una lectura positiva de los hechos que se sucedieron en inmediaciones de la residencia de la vicepresidenta, en el barrio porteño de Recoleta: “La semana que pasó para el peronismo fue una semana de reencuentro profundo con la calle, con sectores internos y con una épica que parecía estar lejos de nuestro gobierno por la difícil realidad económica que venimos viviendo en los últimos dos o tres meses”.
Sobre la polémica opinión del presidente Fernández, que estableció una comparación entre el fallecido fiscal Alberto Nisman y Diego Luciani, Busatto reconoció que “Alberto tuvo un exabrupto, un hecho desafortunado que yo no comparto. Pero también creo que fue descontextualizado, no creo que Alberto piense lo de Nisman y lo asocie con el fiscal Luciani.
Algunas opiniones quizás tengan que ver también con su sobreexposición mediática, eso de dar una entrevista tras otra”. En ese sentido, opinó que “siendo el primer mandatario posiblemente sería más prudente que opinase sobre determinadas cuestiones con más pausa entre una entrevista y la otra. Es un estilo también. Lo que sí está claro es que Alberto se encuentra en una situación de tensión, no sólo en función de la gestión, sino también con los cuatro juicios políticos que están pidiendo”.
Consultado sobre los hechos de corrupción que involucran a Cristina Fernández, el legislador santafesino pidió dividir las aguas: “Una cosa es la situación judicial de Cristina y otra es lo que ha ocurrido en su gobierno con algunas situaciones. El año que viene se cumplen 40 años del retorno de la democracia y en este tiempo ningún gobierno estuvo exento de algún hecho de corrupción. La corrupción no es exclusiva de un gobierno en particular o de un signo político. En estas cuatro décadas hay funcionarios que se han enriquecido o han cometido corrupción y eso conlleva una responsabilidad política sobre la gestión. Ahora, pegar eso a una situación penal y llevarla adelante como una responsabilidad estrictamente jurídica, me parece demasiado”.
“Sería necio decir que no hubo ningún hecho de corrupción cuando hay funcionarios como José López que tiraba bolsos con plata en un convento -continuó-. Ninguna situación debe estar exenta de investigarse, pero hay que hacerlo a fondo. Y no hay que perder de vista que en el sistema jurídico argentino la responsabilidad penal es estrictamente personal. Entonces la Justicia puede investigar a Fulano o a Mengano, pero de ahí atribuirle a Cristina la responsabilidad como jefa de una banda hay un paso grande. Eso es lo que construye desde la narrativa el fiscal Luciani, que tiene que ver más por lo que se ha generado en torno a la corrupción del gobierno que a las pruebas contundentes”.
Según Busatto, generar instancias judiciales sin pruebas reales “termina produciendo un principio de subversión del orden jurídico, porque toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario pero en algunos casos, a partir de lo que se replica, parece que fuera al revés. Eso es un problema que incluso la supera a Cristina porque mañana le puede tocar a cualquiera. El caso de Cristina pasará, pero si la Justicia no modifica cómo lleva adelante los proceso judiciales cuando hay responsabilidades políticas atrás estamos ante un problema grave de atropello a las instituciones”.