Las guarderías náuticas de Rosario enfrentan una difícil situación debido a la pronunciada bajante del río Paraná y los elevados costos de alquiler. La altura del río, que actualmente se encuentra en apenas 0,35 metros, ha reducido considerablemente la operatividad de las embarcaciones, lo que sumado a las dificultades económicas, ha provocado una caída en la demanda de camas.
Según Jorge Pinilla, miembro de la Cámara Náutica de Rosario, el panorama es crítico: “Muchos propietarios están retirando sus lanchas porque ya no pueden afrontar los alquileres, que varían entre los 150 mil y 250 mil pesos mensuales”. El impacto de la bajante también impide que se realicen pruebas de navegación en embarcaciones ya terminadas, lo que afecta directamente a los astilleros y el cobro de sus trabajos.
El dirigente destacó un fenómeno inusual en la ciudad: “Estamos viendo algo que no ocurría antes. Hay guarderías con disponibilidad de camas, cuando históricamente no había lugar para nuevas embarcaciones”. La baja demanda se contrapone con épocas anteriores, cuando vender una lancha implicaba una complicada búsqueda de espacio en las colmadas guarderías de la ciudad.
Con las grandes embarcaciones atrapadas en el barro y los elevados costos imposibilitando el uso de las instalaciones, el sector atraviesa una crisis sin precedentes.
Panorama económico complicado
La mayoría de las guarderías náuticas están “paradas” por la bajante del Paraná y los altos costos
La situación económica golpea a todos los sectores y las guarderías náuticas en Rosario no son la excepción.