Edgardo Glavinich fue hasta hace dos semanas subsecretario de Seguridad de la provincia, cargo al que llegó de la mano del titular de esa cartera, Rubén Rimoldi. Se fue, explicó, porque “culminó una de las primeras fases de de la estrategia que conduce el ministro Rimoldi y además yo tenía compromisos también en el exterior”, y también porque hubo algún desajuste sobre la “aceleración en cuestiones operativas que van de la mano de las políticas públicas que se instrumentan”.
Tomando distancia de la gestión diaria, Glavinich analizó en diálogo con Marcelo Fernández (en el programa «Con sentido común», de CNN Radio Rosario) la situación de la seguridad en Santa Fe y, en particular, en Rosario. “Estamos ante una problemática que ya es estructural, no es coyuntural. Hace casi dos décadas que el sistema no está dando los resultados que se buscan, creo que estratégicamente hay que adaptar un sistema para el siglo XXI. Hay que migrar a un sistema de seguridad integrado e integral para dar respuestas”, consideró.
Por otro lado, sostuvo que en Rosario “hay niños de 13 años empuñando armas y esta solución no es con ‘policiamiento’, sino que hay un proceso de anomia en los jóvenes”. Y abundó: “Todos los informes, oficiales y no oficiales, indican que hasta los 12 años los chicos están incluidos en la sociedad a través del deportes, la familia, la escuela, los clubes, etcétera, pero después de esas edad se produce una anomia en nuestros preadolescentes que lleva a tener víctimas y victimarios de muy corta edad”.
En la misma línea, Glavinich sostuvo que ante esta situación “hay que aplicar un abordaje integral porque, yendo a un lenguaje llano, estos chicos no nacen de un repollo. Su vida no se desarrolla de la nada”.
“Hay una sociedad, hay un sistema político y un sistema cultural a los que debemos cambiarles el abordaje para que estos jóvenes, que van a ser los adultos de mañana, empiecen a tener reglas comunes y a entender que fuera de la ley serán castigados y dentro de la ley tendrán beneficios”, indicó.
Sobre los problemas de la violencia focalizados en determinados barrios rosarinos, el experto en Seguridad aseguró que las denominadas “zonas calientes” ocupan el 12,6 por ciento del territorio de la ciudad. “Allí, en estos barrios, se da justamente lo que planteaba anteriormente: la Policía de la provincia de Santa Fe está trabajando de manera preventiva y con su organismo de inteligencia criminal. Las fuerzas federales, en un segundo anillo, están custodiando Circunvalación y alrededores. Pero todo esto no alcanza para revertir los niveles de violencia, y los datos y la evidencia empírica así lo demuestran”.
Luego aseguró que en esas zonas más violentas desde el Ministerio de Seguridad duplicaron la cantidad de personal y de patrullajes. “También se están desarrollando los sistemas multiagenciales, que no es sólo el abordaje policial sino también el abordaje social. Ahora, hay una realidad y creo que de ahí tiene que partir una solución y dejar de diagnosticar porque hace bastante tiempo que estamos diagnosticando. Las organizaciones criminales y los mercados de ilícito que se han desarrollado es por ausencia del Estado. O sea, ellos no tomaron nada porque no discutieron con el Estado. En otros países se han enfrentado con el Estado. Acá lo ocuparon por ausencia del Estado. Un dato: no hay comisarías. Ahora se está haciendo un plan de refuncionalización y de desarrollo de nuevos enclaves territoriales”, aseguró.
Y enseguida citó un par de ejemplos de “ausencia del Estado” en las calles: “¿Qué organismo público está abierto después de las 6 de la tarde en esos territorios? Un vecino para hacer una denuncia tiene que caminar 60 cuadras. Hay una realidad que se debe revertir con la presencia del Estado vivo las 24 horas. Y más: cuando pintaron un mural en homenaje al Pájaro Cantero fue por la canchita de fútbol que él instauró allí con cuatro postes de luz, dos arcos y dos pelotas. ¿Quién debía hacer esto, el Pájaro Cantero para ganar legitimidad social o el Estado? ¿El Estado no tuvo capacidad de hacer un un espacio recreativo? Ése es el debate que debemos dar”.
Sobre el desempeño policial, Glavinich indicó que “por decisión del ministro Rimoldi se han duplicado los controles internos y se puede ver a la Agencia de Control Policial trabajando continuamente; se han detenido la mayor cantidad de de funcionarios públicos que cometían algún quebrantamiento de la ley. Como en toda organización puede haber personas que atinen a buscar otros caminos y a esas personas hay que detectarlas y ponerlas a disposición de la Justicia como corresponde”. Y agregó: “Hace unos años le robaban a la gente a la salida de los bancos porque, normalmente, había algún empleado que marcaba al cliente. ¿Por eso el banco es corrupto? No. Lo que hizo el banco fue mejorar el control interno”.
Sobre las condiciones laborales de los agentes policiales, aceptó que “hay que hacer una transformación inteligente”. Y describió: “Siempre tomo como modelo organizacional el del sistema de salud. Si uno va a un hospital verá que cada vez hay más especialidades. Esto mismo hay que hacerlo con la organización de seguridad, que no es sólo el policía, sino toda la organización ministerial. Esto va de la mano con llevar un incentivo para todo el personal policial y civil, ya que hay un competidor que es el narcotráfico cuya ventaja es el activo económico. Entonces debemos competir contra eso y tenemos que lograr las mejoras necesarias para que el personal desarrolle su actividad con una vida normal”.
Por último, consultado sobre cuál sería la receta que se debe aplicar para un cambio profundo, Glavinich aseguró: “Falta un gran acuerdo. Basta de hacer política con la seguridad y hagamos una política de seguridad, que es un acuerdo marco entre todas las fuerzas que componen el sistema democrático para saber cuáles son los objetivos y las metas. Eso sí, no habrá solución de la noche a la mañana”.