Walter Gálvez, secretario de Asuntos Penitenciarios de Santa Fe, planteó la realidad que atraviesan los trabajadores del sector en las distintas cárceles en donde desempeñan funciones, en el marco de amenazas y presiones que reciben frecuentemente de parte de internos y familiares.
«Todos hablan de los fiscales, jueces, legisladores y funcionarios amenazados. Pero también tenemos al empleado penitenciario bajo presiones y amenazas permanentes. Son empleados públicos. Por eso cuando abrimos la inscripción, pocos son los que quieren trabajar frente a la realidad acuciante», advirtió Gálvez en diálogo con Marcelo Fernández para el programa «Con sentido común», que se emite por CNN Radio Rosario.
Consultado sobre cuánto es el suelo promedio de un empleado penitenciario, el funcionario respondió que «ganan entre 180 y 200 mil pesos. Les hemos dado un plus a los trabajadores de Piñero, entendiendo la peligrosidad de la función. También hemos aumentado las recargas, o sea las horas extraordinarias, que estaban en 98 pesos y las llevamos a 130 pesos. En relación a las tareas que realizan, los salarios no son altos», reconoció Gálvez.
El funcionario provincial contó que «días atrás en Piñero fueron amenazados dos integrantes del Grupo de Acción Rápida. Invocaron los apellidos de dos excelentes trabajadores que quedaron expuestos a las amenazas públicas. Esos empleados tienen familias y por allí aparecen páginas de Facebook. Dicen que dejen de hablar de los scanners. En lo personal tuve que poner cámaras de seguridad en mi casa. Es el lugar y el momento que nos han tocado», lamentó.
«Si bien se trabaja desde el anonimato con los presos de alto perfil, con empleados que utilizan pasamontañas, está claro que es un trabajo muy complicado. Desde el director del complejo penitenciario de Piñero para abajo, todos aparecemos en las notas», admitió Gálvez en CNN Radio Rosario.
«Apenas asumí detecté dos cosas en el transcurrir de los últimos 15 años. En otras funciones estuve entre el 2003 y el 2007. Primero la edad del detenido: hoy son muchos más jóvenes que antes. Y el segundo el nivel de adicción a las drogas, mucho más importante», concluyó el funcionario provincial.