El secretario de Finanzas, Eduardo Setti, parece tomar al pie de la letra el viejo dicho del ambiente futbolero que dice que el “equipo que gana no se toca”. Así, siguiendo esa máxima, para la segunda licitación de deuda en pesos de marzo planteó una oferta casi igual a la del primer llamado, con el cual consiguió un financiamiento neto del 114%.
Este miércoles el Palacio de Hacienda tiene que renovar unos $284.000 millones, de los cuales el 96% se explica por una LEDE. A su vez, ese título está concentrado en un 98% en manos de inversores privados. Es por ello que Setti apuesta por algo que ya dio buen resultado.
Debido a los problemas que va a generar este año la caída de la recaudación de impuestos como consecuencia de la sequía, que se estima en medio punto del PBI para todo 2023, los mercados están poniendo mucha atención sobre la capacidad que tendrá el Gobierno para conseguir financiamiento en el mercado de capitales local.
En primer lugar, en esta colocación, el Tesoro pondrá a disposición solo para Fondos Comunes de Inversión (FCI) una LELITE con vencimiento el 28 de abril, que sale con una tasa nominal del 72%, lo que representará una tasas efectiva anual del 101,54%.
Por otro lado, pone sobre la mesa dos LEDES, a junio y julio, y dos LECER que expiran en julio y en septiembre. En el mercado se señalan que con estos dos instrumentos financieros el Tesoro tratará de sumar la mayor parte del fondeo necesario. Portfolio Personal Inversiones (PPI) destacó, en un comentario previo, que la semana pasada estas dos letras concentraron el 61% de los fondos recaudados, por lo que se espera una “situación similar”, en la que los inversores privados se refugien en activos de corto plazo.
En el mercado secundario, la LECER que vence en julio estaba ofreciendo una tasa de 5,53% más la inflación. PPI plantea que es necesario prestar atención a la Lede que vence en julio, ya que en el llamado pasado rindió una tasa efectiva de algo más del 123%, contra un 126% que esperaban los inversores,
Por otra parte, Economía ofrece dos bonos dólar linked, uno al 31 de julio de 2023 y otro al 30 de abril de 2024. En el primer llamado de la semana pasada, los títulos con un año de plazo representaron el 20% de la colocación. En esa oportunidad se ofreció un bono dual a febrero del 2024. No obstante, en el mercado los analistas consideran que este tipo de bonos no están en el mejor momento.
Fitch advierte sobre el canje
Mientras que para los analistas el gobierno podría obtener hasta $1 billón de financiamiento con el canje de deuda intraestatal, para la calificadora de riesgo Fitch la operación constituye un default. Así lo señaló Todd Martínez, director para la región de la calificadora, con base en Nueva York. Todd explicó en el 15° Simposio del Instituto Argentino de Ejecutivo de Finanzas (IAEF): “Hubo dos canjes este año: la recompra de bonos externos y el canje local: no pensamos que esos fueran en condiciones desventajosas porque no pensábamos que sin esos canjes el gobierno hubiera tenido que hacer algún impago, pero este canje es un cambio de criterio, porque es un cambio forzoso en las condiciones de la deuda por decreto”, afirmó Martínez, quien argumentó que, “aunque los acreedores son intra sector público, cuando se trata de bonos comerciables que pueden estar en manos de privados, para nosotros también es un default”.