Ante cada escalada del tipo de cambio, cada vez que aumenta la cotización del dólar, los argentinos se preguntan por las razones de tamaño cimbronazo, pero nadie duda de sus efectos: cuando la moneda se devalúa, hay ganadores y perdedores. Entre estos últimos, no es difícil identificar a los sectores asalariados, jubilados, beneficiarios de planes sociales y cualquiera que dependa de un ingreso en pesos. Ahora bien, ¿quiénes son los que ganan cuando el dólar corre y nadie puede detenerlo?
Ganadores
Para el economista Horacio Rovelli, está claro que “en primer lugar, los que se benefician con esta corrida cambiaria son los que fugaron dólares y los tienen en el exterior”. Pero no son los únicos: “El campo y todos los exportadores, que son los que obtienen dólares; y, en tercer lugar, los acreedores externos que tienen títulos de deuda argentina en dólares”, agregó.
En lo que va del año, la cotización del dólar informal (el que consigue la mayoría de los argentinos con poder de compra, porque el oficial se encuentra reducido a operaciones muy puntuales, como comercio exterior) avanzó hasta este miércoles más de un 40% desde que empezó el año, porcentaje que supera por lejos a la inflación acumulada hasta marzo, que fue de un 21,7%, de acuerdo con la última medición del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
El economista Hugo Vasques resume entre los ganadores a todos aquellos “quienes tienen ingresos en dólares o activos en pesos que actualizan su valor de acuerdo con el aumento del dólar”. Al mismo tiempo, Vasques asegura que los efectos de la corrida también se aprecian en el sector financiero, adonde están ganando quienes se hacen de “los títulos dólar linked, que son los más demandados por estas horas, porque ofrecen cobertura sobre una devaluación del oficial cuya probabilidad aumenta a medida que suben los dólares paralelos y la brecha presiona al Gobierno”.
El economista Javier Marcus recuerda también que “los argentinos tenemos muchos dólares, por lo que el incremento genera incluso un efecto riqueza, pero faltan incentivos para invertirlos en el corto plazo. Mientras tanto el aumento favorece a los que producen o venden activos en dólares”. Está claro que esa tenencia de moneda extranjera no es equitativa entre todos los argentinos, pero el concepto es interesante porque la Argentina es uno de los países con mayor circulación de dólares en el mundo.
Sea por la necesidad de cubrirse de las históricas crisis económicas que atravesó el país o para resguardarse de una inflación que no cede desde hace al menos 20 años, este tipo de movimientos bruscos tiene entre sus ganadores a los que pueden comprar dólares, en sus distintas cotizaciones. Al resto, a quienes dependen del peso para su subsistencia, solo les queda esperar un cambio favorable que parece empecinado en nunca llegar.
Fuente: CNN Radio