La decisión de la Asamblea Legislativa de aprobar sólo 19 de los 48 pliegos de fiscales para ocupar cargos vacantes en distintos puntos de la provincia, no alcanza para mejorar el funcionamiento del Ministerio Público de la Acusación. Esta decisión suma incertidumbre y, en el caso de la Fiscalía Regional Rosario, obliga a rediseñar el plan de trabajo para seguir disimulando la carencia de recursos que afecta directamente la eficiencia del organismo.
Entrevistada por Marcelo Fernández en CNN Radio Rosario, la fiscal de la Regional Rosario, María Eugenia Iribarren, dejó en claro el desconcierto que le provocó la resolución de los legisladores.
—¿Qué es lo que está pasando con la designación de fiscales?
—Es difícil de explicar lo que pasó ayer en la Legislatura. Lo que le puedo hacer es un raconto de situaciones objetivas. Yo le puedo hablar de la Fiscalía Regional Rosario. La Asamblea Legislativa trató 16 pliegos, que son cargos vacantes, que ya están creados por ley y que estuvieron cubiertos alguna vez por personas que se jubilaron o renunciaron o pasaron a ser jueces. Es decir, nosotros teníamos un déficit de 16 fiscales. La Asamblea Legislativa, sin fundamentos por lo menos comprensibles, aprobaron de esos pliegos que se habrían propuesto a dos fiscales titulares, que en realidad son fiscales que ya están trabajando como fiscales adjuntos y pasaron a ser titulares, es decir, se generaron dos vacantes nuevas.
—Claro, cubrieron dos pero dejaron otros dos libres…
—Exactamente, se vistió un santo y se desvistió a otro. Se aprobaron cinco pliegos más de los catorce que eran de fiscales adjuntos, que si bien están trabajando actualmente como empleados en el MPA y son personas absolutamente calificadas, se dejó afuera a otros nueve sin ninguna explicación que por lo menos podamos comprender. Eran todos, salvo una persona, empleados de la Fiscalía; es decir, mañana cualquiera de ellos pueden ser fiscales perfectamente sin necesidad de adaptación, porque ya están adentro. Realmente era una necesidad que teníamos en la Fiscalía de contar con esa cobertura de cargos, porque el trabajo que no hacen esos 16 fiscales que faltaban lo tienen que absorber otros. El esfuerzo que venían haciendo los fiscales con la sobrecarga que implicaba, era a la espera de que finalizara este proceso de selección, que ahora lo vemos truncado y no sabemos cuál va a ser la salida, si es volver a hacer un concurso o qué…
—¿Por qué se esperó a esta instancia para desechar pliegos y no se hizo antes, durante el proceso de selección?
—Ya en diciembre se utilizó esta misma lista y este mismo concurso para titularizar a otros diez fiscales, que eran adjuntos y pasaron a ser titulares. Esto lleva mucho tiempo y hace desde diciembre que estábamos a la espera de que se enviaran estos pliegos, es decir, no sorprendió a nadie que el Ejecutivo haya enviado estos pliegos en este momento. Y honestamente, hasta ayer, todos creíamos que esto iba a transcurrir de la manera natural que corresponden las instituciones de la provincia.
—En condiciones normales, ¿la Asamblea Legislativa tendría que haber aprobado todos o casi todos los pliegos?
—Tendría que haber aprobado uno por uno cada uno de los pliegos, salvo en los casos que ellos consideraran alguna particularidad. Pero nominativamente decir por qué a esta persona no le queremos aprobar el pliego, consideramos que no corresponde…
—No es normal que hayan aprobado solamente 19 de los 48 pliegos…
—Cuesta entender cuáles son los fundamentos.
—Usted decía, María Eugenia, que no se sabe cómo sigue esto. ¿Cómo sigue formalmente esta situación?
—Es algo que vamos a tener que ver, porque claramente esto no fue una resolución natural de un proceso de selección y que tiene que pasar por la Legislatura, así que yo calculo que no sé si va a continuar por carriles normales o por otros carriles. Tendrán que establecerse muy pronto para hacer un análisis, por lo que se entendió ayer en la Legislatura están todos esperando a lo que ocurra el 10 de septiembre.
—¿Hubo fundamentos para explicar por qué de los 48 se eligió solamente a 19?
—Yo no pude ver fundamentos claros. Tampoco escuché todo lo que se dijo, pero no pude sacar ningún fundamento. Se habló de transición. El problema es que la ciudadanía no puede esperar respuesta al delito y a las investigaciones, el delito no tiene transiciones. Y la gente y las víctimas no pueden esperar una transición, nosotros tenemos que seguir trabajando, investigando. Yo tenía planificada una refuncionalización de la Fiscalía contando con estos recursos que iban a salir hoy. Íbamos a replantearnos cómo trabajar en todas las áreas, fundamentalmente en los delitos contra la propiedad. Creo que tenemos que cambiar completamente la forma de trabajo y hacer que la Policía trabaje en función de eso, como la criminalidad compleja. Seguir dándole vuelta para ser más eficientes en esclarecer hechos, los homicidios en contexto de criminalidad organizada; cómo dar más respuesta a la gente que viene a la Fiscalía por otro tipo de delitos que son cuestiones personales o individuales o conflictos interpersonales, como los delitos de género contra la integridad sexual. Todos los delitos que podemos considerar menores, que a lo mejor son lesiones, amenazas, que son un número grueso, pero todos tienen que tener su respuesta, y en función de tener la planta que por ley corresponde de fiscales, hemos planificado todas esas modificaciones en función de este ingreso de fiscales. Hoy tenemos que plantearnos otro escenario.Lo que necesito es reforzar la unidad de flagrancia para dar lineamiento más uniforme. Hoy hay pocos fiscales de flagrancia porque fueron cubriendo en otros lugares. Todos los fiscales tienen que cubrir, además de la tarea específica asignada, los turnos de flagrancia. Eso no nos permite tener una uniformidad de criterios. Fundamentalmente el refuerzo iba a estar dirigido ahí, incluso en algún posible escenario de saqueos tener mucho más preparado el lugar desde la Fiscalía donde eso se trabaja; también abordar otro tipo de economías delictivas, el robo de metales, de celulares, de motos, de autos, de cables. Todo eso queda en suspenso. Se nos limita. Lo vamos a hacer, lo vamos a replantear, pero tengo que volver a repensar cómo administrar con menos recursos.
—Da la impresión que esto es un tironeo político. No sé si usted coincide con esto…
—Obviamente yo lo veo desde mi lugar. Hablo de la institucionalidad. Esto tendría que ser un proceso pulcro y despejado. Probablemente quienes tomaron esta decisión tengan otros fundamentos que quizás sean válidos. Creo que hay que analizarlos de ese lado. En un análisis muy inmediato de lo que pasó ayer no lo logro comprender. El impacto es inesperado. A partir de eso tenemos que replantearnos la forma de trabajar.
—Los planes que había de reformulación de tiempos, de horarios, de funciones, de dedicación, quedan suspendidos en una ciudad como Rosario que tiene un montón de complicaciones. Y además sin un panorama claro, ¿está bien lo que estoy diciendo?
—Lo que yo pensaba que iba a tener, porque era lo que correspondía por ley, hoy no lo tengo. Tengo que replantearme cómo trabajar con lo que tengo.