Por Gabriela Pepe I Letra P en New York
El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, que acompaña al presidente Alberto Fernández en su gira por Estados Unidos, aseguró en esta ciudad que la banda que atentó contra Cristina Fernández de Kirchner tuvo entrenamiento y tiene un organizador o jefe. Además, consideró que Fernando Sabag Montiel no logró su cometido “de casualidad” y volvió a defender la actuación de la Policía Federal en la custodia de la vicepresidenta.
“Hay actitudes que son de entrenamiento de alguien que tuvo formación. Insuficiente, mínimo, mal hecho, pero hubo entrenamiento”, afirmó Fernández en un diálogo que mantuvo en el hotel Park Hyatt con los medios enviados a cubrir la gira presidencial a Estados Unidos, entre los cuales está Letra P.
El ministro explicó que llegó a esa conclusión a partir de la reiterada observación de videos donde se ven los movimientos de los miembros la llamada “banda de los copitos”. “El atentado fue fallido por la inoperancia del que tenía que actuar. Cuando llegó el momento lo abrumó la gente, el ruido. Se impuso la presencia de Cristina, es muy fuerte”, dijo Fernández. En este sentido, afirmó que ninguno de las cuatro personas detenidas tiene “estructura económica, ni capacidad intelectual, ni capacidad de cuadro para estar preparando una cosa de esas características”.
-¿Hubo un jefe u organizador en el ataque a CFK?
-Sí totalmente. Hay actitudes que son de entrenamiento, de alguien que tuvo formación.
-Preparándose. Hay un pibe en una de las filmaciones que está apoyado contra la pared así –gira la cabeza mirando hacia un lado y otro -. Por ahí da vueltas el coche con Cristina y él no lo mira. Sigue mirando cómo se mueve la gente.
-¿La actitud del repartidor que generó incidentes el día anterior al atentado despertó alguna sospecha?
-Eso sale de un mínimo de entrenamiento. Insuficiente, seguro. Además, está la violencia que él genera y es un pibe que había sido soldado.
– ¿La hipótesis de Mauricio Macri de que se trató de una banda de loquitos está equivocada?
-Es poco serio e irrespetuoso. De casualidad, no la mató como a un perro. Sabag Montiel tuvo preparación, no entrenamiento. Quien estuvo con la cabeza fría fue el que le dio la pistola. Estamos en presencia de una cosa para mí cada vez más tirando hacia arriba.
-O sea, de Gabriel Carrizo para abajo son todos soldados que seguían órdenes.
-Manijeados.
-¿Le llama la atención los abogados que defienden a las personas detenidas?
-En mi condición de abogado, la defensa es sagrada, pero aparecen personajes que, por la estatura del trabajo que llevaron en otros casos, me dan a entender que cobran un dinero que no se puede pagar con los copitos.
-¿Está conforme con el comisario general Juan Carlos Hernández, jefe de la Policía Federal? Hay sectores del Gobierno que no lo están.
– ¿Y qué pueden saber? Acá cualquiera opina. Tengo jefes y subjefes que trabajan en función del marco que yo definí y que trabajan excelentemente bien.
-¿Por qué no le pidió a Hernández que volviera de la convención de Interpol en Singapur tras el ataque a Cristina?
-Es al revés. Me llamó para preguntarme si se volvía y le dije que no porque nosotros podíamos dominar el tema y porque lo que él iba a hacer con Interpol para nosotros es fundamental.
-Cuando fue a ver a Cristina al Senado, ¿habló sobre el accionar de la Policía?
-Charlamos temita por termita y coincidimos casi en todo, por no decir en todo.
-¿La vicepresidenta le pidió el relevo de la cúpula de la Federal?
-No, en ningún momento.
-No se quejó por la custodia.
-No, no. La pregunta es muy simple: ¿Lo echaron a Diego Carbone, el jefe de la custodia de Cristina? ¿Lo echaron a Fernando Tejerina que es quien se encarga de entrenar a las custodias? No. Son situaciones complicadas, hay que aprender de ellas y preparase para estar convencido de que no pueden dejar flancos sueltos, nada más que eso.
– ¿En alguna de las reuniones que tuvo en Nueva York habló sobre el tema de la formación de las custodias?
-No. Nosotros tenemos muy buenos formadores. Puntualmente, el jefe de la custodia de Cristina es un hombre de mucho nivel. Nuestro protocolo, el 7, dice un montón de cosas que a la luz de lo sucedido hay que revisar. Estamos en este momento trabajando con eso para ver cuáles son las cosas que se ratifican, porque evidentemente algunas respuestas hubo, y cuáles son las que no se deben ratificar. Nadie se dio cuenta de lo que pasó en ese momento. Hasta que alguien se dio cuenta dijo “vamos”.
-¿Hay una comisión especial para reformular el protocolo?
-Hay gente especialista trabajando en el tema.
-Hay un viejo proyecto que se armó durante el gobierno de Néstor Kirchner para armar un servicio secreto…
– Yo redacté buena parte de eso. Si fuera por mí, no queda mucho tiempo de gestión, lo armaría.
AGENDA PARALELA
Además de acompañar al Presidente, Fernández tuvo en Nueva York su propia agenda, que incluyó un encuentro con el titular de la oficina de la DEA en Nueva York, Frank Tarantino y con el segundo jefe de esa agencia, Jimmy Arroyo.
También reunió con Mike Tzitzikalakis, encargado de El Dorado Task Force, de Crímenes Financieros de Homeland Security, y visitó las oficinas de la Policía de Nueva York donde fue recibido el subdirector de esa fuerza de seguridad, Edward A. Caban y mantuvo una cita con el jefe de la Fuerza de Tareas Conjunta contra el Terrorismo del FBI, Seth Yockel y su equipo.
Según explicó, se trató de reuniones “protocolares” en las que se formalizó de manera personal relaciones ya existentes entre las agencias argentinas y estadounidenses y en las que se abordaron temas puntuales, como narcotráfico, lavado de dinero y delitos financieros. En particular, Fernández planteó su preocupación por el aumento de oferta de cocaína, de máxima pureza y a menor costo. También se abordó el tema de la situación del narcotráfico en Rosario.
Fuente: Letra P