
Un nuevo episodio de extrema gravedad institucional sacudió a la provincia de Santa Fe este miércoles por la tarde. En la localidad de Capitán Bermúdez, un hombre fue hallado atado y secuestrado en el baúl de su vehículo, acompañado por un mensaje manuscrito que contenía amenazas contra la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich.
El hecho ocurrió alrededor de las 15:40, sobre la colectora este de la autopista Rosario – Santa Fe, entre las calles Avenida Gervaso y Crisantemos. Agentes de la Policía de Acción Táctica (PAT) intervinieron tras un llamado al 911 que alertó sobre el robo de un automóvil cuyo conductor habría sido privado de su libertad.
Al llegar al lugar, los efectivos encontraron el auto abandonado. Al acercarse, escucharon gritos provenientes del interior del baúl. Al abrirlo, hallaron a un hombre maniatado, quien sería el titular del vehículo y trabajaría como chofer de una aplicación de transporte.
Junto a él, se halló una nota escrita a mano con amenazas dirigidas directamente a Bullrich. El contenido no fue difundido por las autoridades, aunque fuentes vinculadas a la investigación lo calificaron como “altamente sensible”. La fiscalía en turno ya investiga el hecho.
Este caso se suma a una serie de episodios similares ocurridos en la misma zona del corredor vial Rosario–Santa Fe, donde ya se habían desactivado amenazas contra la ministra y desarticulado bandas vinculadas al narcotráfico.
Hasta el momento, no hubo declaraciones oficiales desde el Ministerio de Seguridad ni del gobierno provincial, pero se supo que organismos nacionales siguen el caso “de manera directa”. La víctima fue derivada a un centro médico y se encuentra fuera de peligro. Su testimonio será clave para reconstruir el hecho.
La utilización de civiles como vehículo para enviar amenazas institucionales marca una escalada en los métodos mafiosos. “No es un hecho policial aislado, es un mensaje político con sello narco”, advirtió una fuente cercana a la causa.
El episodio se inscribe en un contexto complejo, donde confluyen intereses vinculados al control de la Hidrovía, los puertos, el tráfico de drogas y el avance estatal sobre territorios históricamente dominados por el crimen organizado. La pregunta que inquieta a todos: ¿quién está detrás de esta amenaza?