Los tres coincidirán la semana próxima en la cena anual de la Fundación Libertad, una organización que se proclama, tal cual su nombre, en favor de las libertades y el libre mercado, un ámbito que, hasta ahora, había tenido a Macri como principal exponente. El año pasado, por caso, el ex presidente fue su principal asistente junto a Bullrich, un evento que también reunió a Horacio Rodríguez Larreta en medio de la puja por la candidatura presidencial del PRO.
El ex presidente apuntó al estilo de conducción presidencial en medio de los trascendidos por sus conversaciones con Milei y su entorno, su escasa influencia en el armado del gabinete y la estructura de la administración central, y mientras Bullrich se ocupó a diario en afianzar su relación con el jefe de Estado. La ministra de Seguridad tiene acceso cotidiano al mandatario y su primer anillo de confianza.
En ese proceso, Macri trabajó para volver a la presidencia del PRO, enfrascado en una serie de negociaciones complejas con dirigentes referenciados en Bullrich, que logró ocupar una buena cantidad de lugares en la estructura partidaria con colaboradores de su confianza. “Es un error”, deslizaron cerca de la ministra sobre la decisión del ex mandatario. “El PRO está muerto”, agregaron. Asesores de Bullrich abundaron, por caso, en que no abandonó el partido para no romper el bloque amarillo en Diputados en plenas negociaciones para la aprobación de la Ley de Bases. Subrayaron, en ese sentido, que Macri insistió en ocupar ese sillón para, desde ese lugar, tratar de influir en las decisiones de gobierno. Colaboradores del presidente de la fundación FIFA retrucaron en que lo hizo para revitalizarlo e intentar imprimirle una nueva identidad.
Hace una semana atrás, el ex presidente recibió en su casa de Acassuso, donde se selló en la previa del balotaje la alianza entre el PRO y La Libertad Avanza, a Santiago Caputo, el estratega presidencial. Según trascendió, analizaron el rumbo de la gestión, y Macri volvió a hacer hincapié en la necesidad de que el gabinete incorpore en segundas y terceras líneas a cuadros técnicos de su espacio. Milei, según confiaron, delegó esa tarea en su estratega de confianza. Es decir, le pidió que absorba los pedidos del ex jefe de Estado, con el que el mandatario conserva un buen vínculo personal.
Poco más de un mes atrás, Macri había visitado en Olivos a Karina Milei, la decisiva secretaria General de la Presidencia, y con el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, que la semana próxima se presentará por primera vez en el Congreso para dar su informe de gestión, en la Cámara alta. Toda una novedad si se tiene en cuenta que, hasta ahora, no se le conoce públicamente la voz.
En el macrismo no tienen dudas de que tanto la hermana del presidente como el poderoso jefe de ministros son dos de los principales colaboradores de Milei que obturan una fusión entre los equipos técnicos del PRO y LLA en torno a la gestión.
La cena del próximo miércoles coincide además con lo que se supone que será el inicio del debate parlamentario de la renovada Ley de Bases que la Casa Rosada pretende tener aprobada antes del 25 de mayo, cuando se avance, si es que finalmente se concreta, en la firma del Pacto de Mayo.